Fotografía de "La Estudiantina de 1930"

El Museo de Olivenza expone su pieza del mes de Febrero

El Museo de Olivenza expone su pieza del mes de Febrero
La Estudiantina

La tuna es una tradición universitaria de carácter cultural que mantiene vivas las costumbres heredadas de los estudiantes españoles del siglo XIII. Se puede decir que la tuna, más que una institución, es una tradición en sí misma. Mantenida por los jóvenes en sus filas, es un punto de encuentro para todos aquellos universitarios amantes del romanticismo, la noche, la música y los viajes.

En sus orígenes aglutinaba a aquellos estudiantes que por su condición económica no podían costearse su estancia en la universidad y cantaban por las fondas y mesones para conseguir algo de dinero y un plato de sopa con los que mantenerse. Por esta razón se les conocía como sopistas. Iban provistos de cuchara y tenedor de madera, lo que les permitía comer en cualquier lugar donde se les presentaba la ocasión. Estos cubiertos siguen siendo en la actualidad símbolo de todas las tunas universitarias.

La tuna, como cualquier tipo de agrupación musical instrumental necesita el soporte melódico de una serie de instrumentos, unos típicos y elementales como son la pandereta, guitarra, bandurria o laúd, y otros que ayudan a la diversidad sonora y enriquecen el conjunto como puede ser el contrabajo, el acordeón, mandolina, requinto, violín, etc.

La vestimenta del tuno es uno del elemento más representativos y tradicionales de la institución tunesca. Con su característico color negro y su llamativo aspecto ha permanecido prácticamente invariable a través de los siglos. La prenda más importante es la capa, larga y suelta, sin mangas, abierta por delante y sujeta con un cordón.

Como pieza del mes de febrero queremos exhibir una fotografía que forma parte de nuestros fondos. Se trata de una representación de La Estudiantina, agrupación musical que comenzó su andadura en Olivenza de la mano de sus fundadores Baldomero González Díaz, a la izquierda, y Manuel Cascos, a la derecha, durante los carnavales de 1917. Contaba con una treintena de músicos de todas las edades y diversa condición social. Amenizaba santos, cumpleaños y otras fiestas interpretando, sobre todo, pasacalles y canciones populares, además de interpretar obras de concierto, fin para la que fue creada.

No es el prototipo de tuna universitaria, como se reconoce tradicionalmente, por la evidente diversidad de edades, así como por la indumentaria que visten.

La instantánea fue realizada por el fotógrafo Juan Cabalgante Gómez en 1931 en el patio del Liceo Antiguo.

Recordamos a esta agrupación, además de con esta fotografía donada por Francisco González Santana, con una de sus canciones interpretadas en el entierro de la Sardina:

Si ves una golondrina
que vuela a ti caprichosa
escucha niña divina
la Estudiantina cómo te canta.

Si tu balcón se cayera
y debajo me pillara
entre besos y caricias
del golpe me consolaras.

¡Ay niña, ay niña!
Del golpe me consolaras.

Niña bonita y angelical
que has escuchado este cantar
nunca te olvides de la canción
que un estudiante siempre galante
te dedicó
y te llegó a cautivar
con su canción.

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