Emiliano García-Page es uno de los barones del PSOE, en teoría, más críticos con un pacto entre Sánchez y Podemos
Comenta con sarcasmo Benjamín López en el acerado análisis que publica este 10 de febrero de 2016 en EsDiario que Emiliano García-Page es uno de los barones del PSOE, en teoría, más críticos con un pacto entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias.
Lo que llama la atención cuando se comprueba que en Castilla-La Mancha, el dirigente socialista se ha plegado a todas las exigencias de Podemos, alguna de ellas bastante desquiciada, que hacen los coletudos contra la Iglesia y la escuela concertada:
- Muchos se preguntan si hay alguien en el PSOE dispuesto a frenar un pacto de Pedro Sánchez con Podemos. Es evidente que hay voces cualificadas en contra pero también está bastante claro que no tienen autoridad moral para pedirlo.
- El caso más notorio es el del presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García Page, que con la mano derecha se opone a la alianza de Sánchez con Iglesias y con la izquierda firma un acuerdo con Podemos en su Comunidad para que le apruebe los presupuestos. ¡Y qué acuerdo!
- El socialista no ha tenido reparos en asumir recortes a la escuela concertada y en pedir la supresión del Concordato con la Santa Sede. Esto último es el Guadiana de la izquierda; aparece en momentos puntuales señalados, como negociaciones y programas electorales, y desaparece poco después hasta nueva ocasión.
- Sin duda, los acuerdos en vigor con el Vaticano son uno de los asuntos que más preocupan a los castellano-manchegos. En Toledo, en Albacete, en Ciudad Real, en Cuenca o en Guadalajara no se habla de otra cosa.
- Perdonen la ironía, pero es que con la que está cayendo sacar este asunto a la palestra parece un chiste. Cada vez que hay dificultades la izquierda tira del mismo manual de siempre donde aparecen sus fobias.
- Page, puedo apostar por ello, no tiene el más mínimo interés en acabar con el Concordato, pero se pliega a las exigencias de sus socios, los populistas de Podemos, que con solo dos escaños le tienen cogido por la bragueta.
- Y eso que no forman parte del Gobierno. Por esta misma regla de tres, imaginemos la música que haría bailar Pablo Iglesias a Pedro Sánchez si, ademas de prestarle sus votos, tuviera en sus manos la Vicepresidencia del Gobierno y varios ministerios. Pedro sería la doña Rogelia de Pablo, una marioneta jugando con España entre sus manos.
- Page tampoco tiene nada en contra de la escuela concertada. ¡Cómo lo va a tener si lleva a sus hijos a un colegio de este tipo, religioso para más señas! Pero de nuevo asume las fobias de Podemos, una formación leninista que, como tal, cree muy poco en la libertad en general y en la libertad religiosa y educativa en particular.
- El presupuesto que han pactado los socialistas y los populistas refleja el compromiso de «reducir progresivamente la financiación concertada y garantizar la disponibilidad de plazas de educación pública». Y todo por mero sectarismo de los chicos de Iglesias que quieren imponer su ideología a los demás.
- Estecapítulo de gasto es de los poquísimos que bajan. Los presupuestos de la Comunidad pactados suponen un incremento de gasto del 2,6% respecto a los de 2015, con un total de 8.420 millones de euros.
- O los ingresos aumentan de forma milagrosa o el déficit, que ya este año va a ser muy superior a la exigencia del 0,7%, se va a disparar de manera incontrolada.
- Peroesto es lo que hay. Y es peor lo que viene por que Castilla-La Mancha no es más que un tenue reflejo de lo que podría ser un Gobierno a escala nacional con Sánchez e Iglesias.
- Tenue porque el líder ‘podemita’ tendría mucho más poder que los socios de Page y porque unos y otros estarían además sometidos a las exigencias de los independentistas a los que van a necesitar, salvo que Albert Rivera se vuelva loco en el último momento y decida abstenerse ante un pacto PSOE-Podemos.
- Así que todas esas fobias de la izquierda radical -anticlericalismo, persecución a la escuela concertada, etc- saldrían a la luz multiplicadas por dos o por tres. Y media España, por lo menos media, nos íbamos a enterar de lo que vale un peine.