Los socialistas exigen apoyo a los populares para gobernar, pese a tener solo cuatro ediles después de las últimas elecciones
Los más de 17.000 militantes del PSC están llamados este sábado 14 de octubre de 2016 a participar en las elecciones primarias para elegir entre la continuidad de Miquel Iceta como primer secretario o su relevo por Núria Parlon, alcaldesa de Santa Coloma de Gramenet.
La consulta llega en el peor momento de la relación de los socialistas catalanes con el PSOE, después de que ambos candidatos a las primarias cerrasen filas con Pedro Sánchez.
Pese a las advertencias de la gestora, Iceta y Parlon coinciden en que, si ganan, ordenarán a los siete diputados del PSC en el Congreso que voten no a la investidura de Mariano Rajoy.
El PSC dejó de tener grupo parlamentario propio en el Congreso al inicio de la democracia y desde entonces sus diputados están sometidos a la disciplina de voto del PSOE. Siempre la han cumplido, a excepción de dos votaciones sobre el «derecho a decidir» que se produjeron en febrero y octubre de 2013, cuando el PSC defendía la consulta legal y acordada en contra del criterio del partido a escala federal.
El Partit dels Socialistes de Catalunya no es una federación socialista más del PSOE, sino un partido federado que funciona con un protocolo de relaciones desde 1978, cuando se unificaron los tres partidos socialistas que existían entonces en Cataluña: la federación catalana del PSOE, el PSC Congrés y el PSC Reagrupament.
Algunas voces, tanto del PSOE como del PSC, han planteado en los últimos años la necesidad de replantear ese protocolo, especialmente en los momentos de máxima tensión del proceso soberanista, pero lo cierto es que este se ha mantenido intacto. Parlon plantea ahora que ese documento «se ha de actualizar y revisar» y que, en algunas cuestiones, el PSC debería «poder definir de manera clara la diferencia».
Iceta se mantiene más cauto, pero no oculta que el desencuentro con el PSOE se puede hacer insoportable, especialmente si desde la sede central se alienta la recuperación de la extinta federación catalana del PSOE como ya se sondeó cuando se redactó el Estatut, aunque finalmente no se materializó.
Con un PSC superado en el Parlamentpor Ciudadanos y convertido en tercera fuerza catalana, desalojado del Ayuntamiento de Barcelona y con un PSOE en sus horas más bajas y sin líder, el resultado de las primarias del sábado influirá en el futuro del socialismo español. Tanto, que el comité federal previsto para ese día se ha aplazado.
LA BRONCA DE BADALONA
El «circo» organizado por el gobierno municipal de Badalona a cuenta del Día de la Hispanidad puede tener consecuencias tanto judiciales -ya en marcha tras la denuncia penal por desobediencia presentada por el PP- como políticas.
La fragmentada composición del pleno y el hecho de que el PP, pese a ganar las elecciones, fuese desalojado tras el acuerdo de todos los partidos de izquierda en contra del exalcalde Xavier García Albiol, puede desembocar en una rotunda, aunque complicada ahora mismo, recomposición del gobierno municipal.
De entrada, y como condición indispensable, el PSC, cuyos votos garantizan la estabilidad y acabaron decantando la balanza a favor de un gobierno de izquierdas liderado por Podem y la CUP -en el que también se integran ICV y ERC-, confirmó ayer su disposición a buscar un acuerdo con otras fuerzas políticas, en alusión al PP, Ciudadanos y CiU, para desalojar a la actual alcaldesa, Dolors Sabater.
Como si las advertencias y los avisos no estuviesen allí desde hace tiempo, los socialistas en Badalona parecen haberse dado cuenta de manera repentina de que con su apoyo, quien gobierna en Badalona en realidad no es tanto Sabater -una suerte de Ada Colau trasladada a Badalona- como la CUP en su versión más radical.
El gesto desafiante del edil antisistema José Téllez rompiendo en pedazos la interlocutoria judicial que conminaba al Ayuntamiento a no abrir el 12 de octubre han puesto a la agrupación local del PSC ante el espejo de sus propios actos.
El problema, trasladable también a la política autonómica, es que las prevenciones de los socialistas con la CUP son tantas como las que tienen respecto al PP. En este sentido, el presidente del grupo del PSC en Badalona, Álex Pastor, anunció ayer que hablará «con todas las fuerzas políticas» para explorar si existe la posibilidad de «un gobierno alternativo liderado» por ellos.
Los socialistas, que tenían en Badalona uno de sus feudos históricos, se desplomaron en las elecciones de 2015 hasta los cuatro ediles. Pese a ello, ayer insistían en gobernar la ciudad con el apoyo externo del PP.
Contra Albiol
Los socialistas, pese a denostar el «circo» del actual gobierno municipal siguen usando como espantajo la figura de García Albiol, con seguidores tan entusiastas como sus detractores, que le reprochan su «discurso xenófobo».
«Tuvimos una posición muy clara y la mantenemos. Ni Albiol ni ningún concejal del PP estará en la alcaldía mientras nosotros seamos determinantes. Nunca podríamos llegar a un acuerdo con Albiol», sostuvo el líder del PSC, calcando el mismo argumento que empleó luego Miquel Iceta.
La pretensión del PSC es inviable para los populares. «No participaré de este circo. Son ganas de tomar el pelo y de marear la perdiz», afirmó García Albiol. Pese a ello, Albiol instó al resto de partidos a «sentarse en una mesa y hablar» para analizar si es posible impulsar una moción con un primer edil popular. La líder de C’s en Cataluña, Inés Arrimadas, reclamó al PSC y al PP «responsabilidad» y «altura de miras» para propiciar el cambio en Badalona. Ahora mismo, un imposible.