Cree que el Parlamento balear es poco menos que la asamblea de Caracas, con el pajarito de Hugo Chávez revoloteando por los escaños y Maduro soltando su interminable discurso.
Baltasar Picornell, presidente de la Cámara de Baleares, en una decisión sin precedentes y dando una auténtica patada al reglamento parlamentario, exigió a los medios de comunicación y a personas que estaban en la tribuna de invitados que abandonasen el salón de plenos.
El hecho que provocó la insólita medida de Picornell fue el debate de una enmienda presentada por la formación morada relativa a una moción sobre transparencia presentada por el PP y en la que se pedía la dimisión del diputado conservador Álvaro Gijón. Está claro que aquello fue más opaco que transparente.
Picornell ha decidido aplicar, sin pedir el asesoramiento previo de los Servicios Jurídicos, el artículo 68.1 del reglamento de la Cámara, que señala que las sesiones dejarán de ser públicas «cuando se traten cuestiones concernientes al decoro de la Cámara o de los miembros de ésta o a la suspension de un diputado».
La medida fue criticada tanto por las tres formaciones que integran el actual tripartito balear, el PSOE, la coalición econacionalista MÉS y Podemos, como por los partidos que en esta legislatura se encuentran en la oposición, el PP, Proposta per les Illes (PI) y Ciudadanos.
El PP decidió retirar finalmente dicha moción, para que el pleno pudiera seguir celebrándose a puerta abierta. La sesión ha continuado ya con normalidad, de nuevo con la presencia de informadores y del público asistente.
Como bien refleja La Razón, si tenemos en cuenta que Iglesias también ha puesto como referencia a Ecuador, Argentina y Venezuela -cuyos gobiernos maltratan la libertad de información- para proponer que el Estado se haga con el control de los medios privados, medios cuya existencia, según Pablo Iglesias, «ataca la libertad de expresión», lo sucedido cobra más sentido, por muchas disculpas que ofreciera después Picornell -heavy, republicano, filocomunista, anticlerical, filocatalanista y animalista- a través, por supuesto, de Twitter.
Pido disculpas a todas aquellas personas, sobre todo de los medios de comunicación, que se hayan podido molestar por mi decisión hoy de aplicar el tenor literal del reglamento del Parlamento. Nada más lejos de mi intención. Mantengo mi compromiso con la transparencia y continuaré trabajando desde aquí dentro para alcanzar este objetivo.