Después de constituir un Gobierno con consejeros fieles a la independencia hasta el final, la Generalitat ha iniciado este martes 18 de julio de 2017 una nueva etapa de secretismo para tratar de esquivar las decisiones judiciales.
Así, el Ejecutivo de Carles Puigdemont anunció que la compra de las urnas para el referéndum se había debatido en la reunión semanal, pero se negó a dar ningún detalle hasta que no se complete el proceso de adquisición.
El nuevo portavoz de la Generalitat, Jordi Turull, justificó el silencio ante el «asedio» que practica el Gobierno «por tierra, mar y aire con armas no convencionales» que, en su opinión, «van a más».
El análisis que hace la Generalitat es que siente el aliento de la policía, la justicia, la fiscalía y el Gobierno del PP en sus espaldas ante la cuenta atrás del referéndum y que no facilitará la persecución de las decisiones políticas que se han de adoptar para hacer realidad el 1 de octubre.