UNA PROFESION DE RIESGO

El borracho le parte la cara al reportero, en vivo y en directo

Ocurre en Rusia, donde la de periodista es de verdad una profesión de riesgo.

El reportero del canal NTV Nikita Razvozhaev se encontraba cubriendo la celebración del Día de las Fuerzas Aerotransportadas de Rusia, que tenían lugar en Moscú, cuando un fornido individuo le propinó un tremendo puñetazo en vivo y en directo.

Espectacular y trágico, porque tres meses después del incidente, en octubre de 2018, Nikita se suicidó, lanzándose desde lo alto de una torre.

Nikita tenía 25 años y se hizo célebre y apareció de todos los periódicos, cuando el ex paracaidista Alexander Orlov, borracho como una cuba, lo golpeó durante una transmisión en vivo.

En el video, se puede ver a un Orlov borracho gritando cuando el periodista le pide que se calle.

El ex militar responde golpeando al periodista en la mandíbula y Razvozhaev se tambalea murmurando: «Lo siento».

Sobre los motivos de Nikita para suicidarse, los informes sugieren que se había sentido solo en una «ciudad de extraños».

También  había roto con su novia.

NTV expresó sus condolencias en un comunicado y el ex paracaidista Orlov dijo a los periodistas que «lamentaba mucho» la muerte del reportero ya que era «un buen tipo».

Cosas que los periodistas no te contarán sobre su trabajo

  1. Leemos los comentarios.
    Intentamos no hacerlo, pero terminamos cayendo. Y duelen. También da un poco de miedo que nos busquéis en redes sociales para insultarnos, especialmente si no las tenemos conectadas a nuestro perfil.
  2. No somos nuestro medio.
    En muchos casos, no nos identificamos en absoluto con la línea editorial del medio para el que escribimos, pero estamos en una sección en la que no tenemos que hacer sacrificios ideológicos o, sencillamente, no nos queda otra.
  3. No nos gusta que nos toquen los textos.
    Es muy normal hacer un trabajo de edición (corregir erratas y buscar posibles errores) en el texto de un compañero, pero para hacer algo más, lo correcto es hablarlo con él antes de cambiar algo que podría afectar al sentido.
  4. Pero casi nunca nos respetan el titular.
    Al menos, en el caso de lo que se ve en portada. Ahí lo importante es que destaque y que quepa y se retocará lo que haga falta para que cumpla ambos requisitos.
  5. Y en papel se cambia la separación que hay entre las letras.
    Fíjate en cualquier periódico y es muy probable que veas titulares con distinta separación entre las letras. Esto ha ocurrido porque alguna de las palabras se quedaba suelta en una línea o creaba una línea de más. Y esto probablemente haya cabreado mucho al jefe de maquetación.
  6. Discutimos hasta por las comas.
    En una redacción es fácil ver un grupo de tres o más personas discutiendo por la utilización de una coma, un gerundio o una palabra concreta.
  7. Usamos y mucho Wikipedia.
    No podemos saber de todo y no siempre hay tiempo para llamar a un experto para que te lo explique. Además, la mayoría de las veces el medio ni se planteará pagar a alguien por su ayuda.
  8. Traducimos mucho.
    Y mal. Y casi siempre usando el traductor online de Google.
  9. Está prohibido decir que el día está siendo tranquilo.
    Es una frase que mata jefes de estado, o peor. No se dice
  10. Dependemos de la persona que lleva las redes sociales.
    Suena exagerado, pero hay quien mira mucho las visitas y gran parte del tráfico viene de las redes sociales. Lo normal es que una vez que un tema abandona la portada (si es que llega a salir) solo se leerá si sale en alguna de las redes del medio.
  11. La culpa nunca es de los becarios, pero se le echamos siempre.
    Para empezar, ellos nunca se ocupan de la maquetación final. Y, aparte, al igual que ocurre en el resto de trabajos, si cometen un error la culpa es de su supervisor, aunque quienes pagan el pato son ellos..
  12. Estamos muy expuestos.
    Es uno de los trabajos en los que más fácil es ver tus equivocaciones y tus errores.
  13. Casi no leemos nuestro medio.
    No tenemos tiempo. Nos centramos en las secciones en las que estamos especializados, en las noticias de última hora y cosas concretas.
  14. Pero sí leemos otros medios.
    Constantemente. Y los jefes normalmente están más atentos a lo que publican los rivales que a lo que sacamos nosotros, así que es normal que nos pidan que publiquemos algo que ya hemos sacado porque lo ven en otro medio.
  15. Somos corporativistas, pero no amigos.
    Aunque trabajemos para medios de distintos grupos y de ideologías contrarias, el de los periodistas es un medio muy endogámico y corporativista. Lo que no somos es amigos y es una tradición poner a parir a otros periodistas. Esto es así desde que el mundo es mundo.
  16. El periodismo no es rentable.
    El negocio, tal como era hace tres décadas, ha muerto.
  17. Está prohibido decir que el día está siendo tranquilo.
    Es una frase que mata jefes de estado, o peor. No se dice.
  18. No somos nuestro medio.
    En muchos casos, no nos identificamos en absoluto con la línea editorial del medio para el que escribimos, pero estamos en una sección en la que no tenemos que hacer sacrificios ideológicos o, sencillamente, no nos queda otra.

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