Los independentistas están tan fanatizados que intentarán proclamar la República Catalana

El desquiciado reto del 1-O llega cuando el apoyo a la secesión en Cataluña declina

La tendencia a la baja del voto independentista se ha acentuado desde 2015

El desquiciado reto del 1-O llega cuando el apoyo a la secesión en Cataluña declina
España, Cataluña, la bandera española y la senyera catalana PD

Si hoy se celebraran elecciones en Cataluña, los partidos soberanistas catalanes ERC, PDeCAT y la CUP perderían la mayoría absoluta en el Parlament y se quedarían con 66 escaños, dos por debajo del control de la Cámara

El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, asegura que la aprobación en el Parlamento catalán de la Ley de Referéndum se llevó a cabo sin ni siquiera la mayoría cualificada que se exige para reformar el Estatut o escoger a los directivos de TV3 porque era «el único camino» (Alfonso Rojo: «¡A por ellos Mariano, que son pocos y cobardes!»).

Sin embargo, podía haber convocado elecciones anticipadas para lograr un mayor respaldo en la Cámara. No por ello el referéndum habría sido legal, pero a ojos de algunos habría contado con más garantías.

Ahora bien, ¿habría recabado más apoyos para su proyecto secesionista? No parece probable (Los golpistas de ANC y Òmnium Cultural llaman a hacer ‘listas’ de los catalanes que no voten el 1-O).

En las últimas elecciones catalanes de 2015, Junts pel Si obtuvo 62 escaños y necesitó el apoyo de los radicales de la CUP (10 escaños) para gobernar, pero las fuerzas independentistas no llegaron a alcanzar la mitad de los votos en los comicios con mayor participación de los últimos años (un 77,44%) (Antonio Burgos: «Sin moverse de su sitio, Serrat ha ido directamente de progre a facha»).

Artur Mas, que planteó aquellas elecciones como un plebiscito independentista, fracasó en su objetivo. La lista formada por CDC y ERC, junto con la CUP, apenas sumaron el 47,74% de las papeletas depositadas en las urnas cuando en 2012, CiU, ERC y la CUP obtuvieron 74 escaños en el Parlament.

La tendencia a la baja del voto independentista, lejos de frenarse, se ha acentuado desde 2015. El barómetro del Centro de Estudios de Opinión de la Generalitat reflejó el pasado julio que la mayoría de los catalanes no desea la independencia.

A la pregunta sobre si «quiere que Cataluña se convierta en un Estado independiente», el 49,4% de los encuestados respondió que «no» frente al 41,1% que se mostró a favor.

Desde noviembre de 2016, los que rechazan la independencia superan a los partidarios del «sí» en cada sondeo que realiza la propia Generalitat, agrandando su ventaja conforme se aproxima el 1-O. En la última encuesta, la brecha entre ambas opciones se amplió hasta los ocho puntos y los partidarios del «sí» perdieron más de tres.

Según la encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) del pasado julio, solo un 20,8% se siente únicamente catalán y desde 2012, cuando esta opción alcanzó un 25,1%, el porcentaje de encuestados que se presentan como solamente catalanes no ha hecho más que descender.

La mayoría dice sentirse tan español como catalán o más catalán que español, pero también español.

La encuesta que GAD3 realizó para ABC este mes de septiembre de 2017 muestra que nueve de cada diez españoles creen que Cataluña no será independiente después del 1 de octubre, y solo el 5,4% cree que sí habrá una declaración de secesión.

En las urnas, el desafío independentista le está saliendo muy caro a la antigua Convergencia.

La encuesta de GAD3 para ABC ya reflejaba ese hundimiento del PDECat en unas hipotéticas elecciones generales. Se quedaría con solo cuatro diputados, la mitad de los obtenidos en 2016 que ya estaban lejos de los 16 que lograron en 2011.

ERC, por el contrario, lograría un resultado inédito, con 14 diputados que le convertirían en el quinto grupo parlamentario del Congreso.

Si hoy se celebraran elecciones en Cataluña, los partidos soberanistas catalanes ERC, PDeCAT y la CUP perderían la mayoría absoluta en el Parlament y se quedarían con 66 escaños, dos por debajo del control de la Cámara, según la encuesta de NC Report publicada este 24 de septiembre de 2017 por La Razón.

ERC ganaría las elecciones autonómicas con 41 diputados, seguido de Ciudadanos, con 24 representantes. PDeCAT pasaría a ser la tercera fuerza, con 18 diputados, seguida del PSC, con 17; CSQP, con 15; PP, con 13 y la CUP, que obtendría 7 escaños.

No, a Puigdemont no le convenía convocar unas elecciones anticipadas para sus objetivos. No habría logrado una mayoría cualificada para la convocatoria del referéndum ilegal. Puede que ni siquiera hubiera salido adelante.

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