Los investigadores de la UCO revisan otros casos de mujeres asesinadas en la zona

La Guardia Civil trabaja ahora sobre la hipótesis de que ‘El Chicle’ oculta otros 4 asesinatos

Con la detención de José Enrique Abuín Gey, El Chicle, la Guardia Civil no ha terminado su trabajo.

Los agentes de la UCO tienen ante sí ahora una inmensa tarea para llevar ante la Justicia las pruebas sólidas de una investigación que terminado por la localización y detención del asesino confeso de Diana Quer.

A la espera del informe de la autopsia y de la determinación o no de si hubo agresión sexual a la joven madrileña -algo clave a la hora de una condena ya que podría decretarse prisión permanente revisable- una línea de la investigación se ha «desviado» hacia otros casos de muertes violentas y sin esclarecer todavía de mujeres en el «radio de acción» de El Chicle.

La pasada semana ya se adelntó  la posibilidad de que el ahora detenido pudiera tratarse de un «asesino en serie», una alarma que hiciera saltar un vecino de la zona, José Manuel Rebollido que dijo estar convencido de que El Chicle es responsable de la desaparición de su madre.

La madre de José Manuel tenía 70 años y vivía en la parroquia de Boimazáns, en el ayuntamiento de Boiro. De un día para otro, desapareció sin dejar rastro.
Impactante: los agentes de la UCO investigan si el homicida de Diana Quer es un «asesino en serie»

Pero como explica David Lozano en ‘EsDiario’ este 6 de enero de 2018, más allá de esta sospecha que ha descartado Manuel Sánchez Corbí, el responsable de la Comandancia de A Coruña existen otras que investigan los agentes. Una lista que ha hecho pública el programa Espejo Público de Antena 3 y que es del todo preocupante. Estos son los casos.

Sonia Iglesias Eirín, una mujer de 37 años a la que se vio por última vez en agosto de 2010 en el centro de Pontevedra. Desde entonces, tanto la Policía Nacional como la Guardia Civil la han buscado sin resultado alguno.

Sus familiares están convencidos de que su desaparición no fue voluntaria, sino forzosa. Sin embargo, al no haber rastro alguno de Sonia, no hay delito ni sospechoso, lo mismo que en su día forzó el archivo provisional de la causa de Diana.

Elisa Abruñedo (46 años) apenas estuvo 24 horas oficialmente en paradero desconocido desde que su familia la perdió de vista el 18 de agosto de 2013 en Lavandeira (La Coruña).

Al día siguiente la encontraron entre la maleza, desnuda y muerta.

Alguien la había acuchillado y violado, aunque las muestras de ADN localizadas en su cuerpo no sirvieron para encontrar al asesino. Su caso fue archivado en abril de 2015, pero la familia y los amigos aún salen a la calle a manifestarse cada verano para pedir justicia y reclamar a la Guardia Civil que no abandone el caso.

Socorro Pérez, una mujer de 43 años que estuvo más de un mes desaparecida. Salió a correr por la ribera del Miño (Ourense) el 2 de mayo de 2015, pero nunca regresó. A los 36 días, unos cazadores encontraron su cadáver con la cabeza aplastada por una piedra tras ver que unos cuervos sobrevolaban sus restos.

La Policía Nacional responsable de las pesquisas sospechó que podía haber habido agresión sexual por cómo estaba dispuesta la ropa, pero el estado del cuerpo del que apenas quedaban los huesos escondidos entre ramas impidió confirmar este extremo.

Más lejano en el tiempo queda el asesinato de Elena Calzadilla en su chalé de Porto do Son el 6 de diciembre de 2005.

El Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Vigo archivó provisionalmente el caso hasta que aparezcan nuevos elementos incriminatorios contra alguien en 2009 por falta de pruebas y dejó en libertad al marido y un amigo de este, los dos únicos sospechosos que había.

El juzgado argumentó que el solo hecho de que el matrimonio tuviera problemas no sostiene que el esposo cometiera «un crimen que sugiere un plan preconcebido y una elaboración relativamente compleja».

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