Era inevitable que alguien saliera a defender a la corporación. Después del papelón que hizo TV3 el 18 de enero de 2018 con la entrevista a Inés Arrimadas, por la falta de reflejos de Pere Bosch cuando la lideresa de Ciudadanos echó en cara de que su equipo de redacción examinara las imágenes del momento en que sonaba ‘Els Segadors’ en el Parlament para ver qué diputados cantaban y cuáles no, el presentador se quedó blanco y sin respuesta.
¿Y quién ha sido el que ha salido a defender a TV3? Pues Empar Moliner, que cobra de la cadena pública por cuatro ventanillas: por sus monólogos en la tele, como tertuliana, por Catalunya Radio y como columnista de un periódico en la que la mitad de sus accionistas están vinculados a TV3 y que debe gran parte de su supervivencia al dinero público. Otra cosa no, pero Moliner es agradecida.
El caso es que Moliner dedica este 19 de enero de 2018 un artículo en Ara a dar la réplica escrita a Arrimadas, dado que su compañero de plató no fue capaz de hacerlo
Arrimadas dice que le asusta que alguien [de TV3] se dedique a controlar quien canta y quien no. Observen las palabras utilizadas. «Se dedique a controlar», dice. Pero controlar es una palabra fuera de lugar. Se puede ver a primera vista quien canta y quien no. No hay que controlar a nadie, no seamos exagerados.
Además Empar Moliner se atreve a lanzar la acusación que Els Matins de TV3 sólo se atrevió a insinuar pero que todo el mundo tenía claro que estaba detrás de la polémica:
La cuestión diría que no es quien canta y quien no canta. La cuestión es quien considera que ese es su himno y quien considera que no es su himno.
¿Está insinuando a caso Moliner que los de Ciudadanos son menos catalanes que el resto por no cantar ‘Els Segadors’? (¿Son menos catalanes los que prefieran ‘El Cant de la Senyera’?). Pero Moliner supera el cinismo victimista al que todos los de la corporación independentista tienen acostumbrados a sus sufridos espectadores cuando critica que Inés Arrimadas dijeran que los de Ciudadanos no pitan a ningún himno:
Arrimadas dice que «no le pitan». Hombre, faltaría más. Quien quiera silbar himnos no puede ser parlamentario.
¡Anda! Que respetuosa se ha vuelto Empar Moliner con los himnos. Esta es la misma Empar Moliner que en su bien remunerada seccioncita de TV3 justificaba los abucheos a otros himnos como ‘forma legítima y pacífica de protesta’, como dijo ante las cámaras de la cadena pública el 28 de mayo de 2015 ataviada con una coronita y capa de realeza.
La misma Moliner que de nuevo volvió a defender la legitimidad de pitar himnos el 1 de junio de 2015 defendiendo a Artur Mas de las críticas de la prensa por su actitud corporal (o mejor dicho gestual) y la misma Moliner que subió un escalón el 2 de junio de 2015 cuando, armada con un silbato pitó ante todos los espectadores un himno internacional para tratar de ridiculizar a los que consideraran que aquello era algo negativo.
En cambio, ahora, en 2018 considera de muy mal gusto faltar al respeto a los himnos. ¿Será porque entonces hablaba de pitar el himno de España y ahora hablar de ‘Els Segadors’?
Además Empar Moliner terminaba su artículo dando una lección a lo ‘Barrio Sésamo’ de cómo debe ser la actitud a la hora de escuchar un himno.
La actitud corporal a la hora de escuchar el himno del país que representas debe ser respetuosa, no enfurruñada. A favor, y no en contra. Justamente para demostrar que aquel himno, aunque no lo cantes por los motivos que sean, es tuyo.
¿Aplica Moliner esos consejos sólo con ‘Els Segadors’ o también le valen para el himno de España? ¿Se lo ha dicho a sus admirados Gabriel Rufián o a Artur Mas que tanto sonreía cuando abucheaban el himno de España en la Copa del Rey? ¿Lo hubiera hecho ella si hubiera sido elegida diputada cuando los de Junts pel Catalunya le ofrecieron un puesto destacado en sus listas?
La ley no regula la actitud corporal de diputados ante ningún himno (el PP intentó regularlo durante el Gobierno Aznar y el nacionalismo catalán, su entonces socio, le obligó a tragárselo). Lo que sí regula la ley es la obligatoriedad para ser diputado de acatar otro símbolo: la Constitución. Ese librito que Empar Moliner quemó ante las cámaras de la cadena que pagan todos los catalanes, piensen lo que piensen y canten lo que canten.