“Es de los enemigos más peligrosos, porque pone buena cara, cara de niño pequeño. Estos son exactamente los más peligrosos de todos, porque ocultan su verdadera bilis, y alguna vez deberíamos analizar si los que no renuncian al marxismo tienen derecho a estar en la política española”. Tremendo repaso en una relación de odio ya consolidada en la política nacional.