Tuvo que ser el partido de Santiago Abascal el que denunciara el terrible gesto machista de la delegación iraní al prohibir el saludo protocolario a las mujeres. Fue el 3 de septiembre de 2019 cuando Vox anunció que se ausentaría de la reunión de la comisión de Asuntos Exteriores del Congreso con la delegación iraní. Gracias a este gesto el Congreso de los Diputados rectificaba y retiraba el saludo de protocolo a Mahmoud Barimanique, representante del Ministerio de Asuntos Exteriores de Irán.
Este 9 de septiembre de 2019 ‘El País’ publicaba un editorial en el que criticaba este gesto y apostaba por la igualdad entre el hombre y la mujer, lo que debe ser considerado como «un derecho universal». A lo largo del artículo el diario hablaba de la discriminación sexual a la mujer, algo que no se trataba de «cuestión de gustos». Además ‘El País’ menciona la cesión de los parlamentarios españoles ante «un asunto fundamental claramente reflejado en el artículo 14 de la Constitución».
Y añadía:
Pero lo que otorga a este incidente una perspectiva que va mucho más allá de la anécdota es el carácter de las mujeres discriminadas y el lugar donde se produjo la exclusión. Las diputadas a las que se les negó el saludo única y exclusivamente por el hecho de ser mujeres son depositarias de la soberanía nacional, estaban presentes allí ejerciendo como tales y el lugar físico donde se produjo es el corazón de un sistema político basado en la libertad y la igualdad.
Todo esto sin mencionar a Vox, el primer partido que dio la cara y rechazó la humillación hacia la mujer, mientras tanto la izquierda y las organizaciones feministas, que tanto claman por los derechos de la mujer, se mantenían impasibles.