Un videojuego en el que se mata al Gobierno

(PD/Agencias).- En Líbano, la realidad supera siempre a la ficción, pero esto es de aurora boreal: En un país donde el crimen político es el horror de cada día, el juego simula tomar por asalto la sede del Gobierno y asesinar al primer ministro y los miembros de su gabinete.

Como no podía ser de otro modo, el Fiscal General de la República, Said Mirza, ha pedido a los tribunales el embargo de un videojuego llamado La Batalla de Sarai, que circula por la Red desde el 15 de diciembre del año pasado.

El videojuego, dividido en tres partes, simula batallas contra las Fuerzas de Seguridad Interior, que son las que protegen la sede del Gobierno.

Una vez que los policías son anulados, el jugador combate con «milicias pro gubernamentales» que se entrenan en un corredor que conduce directamente a la embajada de los EEUU, en alusión a la complicidad entre el Gobierno de Fuad Siniora y la legación estadounidense.

Tras acabar con policías y ‘milicianos’, el jugador persigue a la ‘banda de los 14’, como son llamados los miembros del Gobierno Siniora, para ‘asesinarlos’ uno a uno, hecho lo cual recibe en pantalla un mensaje que proclama: «Felicitaciones. El juego terminó».

El nombre de ‘banda de los 14’ es de nuevo un guiño a la actualidad, pues el conjunto de partidos que apoyan a Siniora y le dan la mayoría parlamentaria están unidos bajo el nombre de ‘Fuerzas del 14 de marzo’.

El programador del videojuego, que es identificado con el nombre en clave de ‘Ziad al-Hajj’ y que desarrolló el juego en Francia, ha justificado su concepción y realización ante el diario ‘As Safir’ con el argumento de que ha habido «varios opositores que han anunciado de modo público su voluntad de tomar por asalto la sede del Gobierno». «El país es así», resumió. El videojuego tiene, por tanto, un gran componente satírico. De momento, el blog desde el que se anunciaba el juego está cerrado.

Varios medios han criticado este videojuego. Para el diario ‘L Orient-Le Jour’, se trata de una broma de mal gusto, porque los asesinatos políticos no son solo una ficción, sino una desgraciada realidad en el Líbano, por lo que pide que se persiga judicialmente a su autor, además de confiscar definitivamente su programa.

El Líbano está profundamente escindido en dos campos políticos: las fuerzas del 14 de marzo, que agrupan a la mayoría de la comunidad suní y a parte de la cristiana con el denominador común de su beligerancia anti-siria, y las fuerzas del 8 de marzo, que aglutina a casi todos los chiíes y a los seguidores cristianos del ex general Michel Aoun.

Los primeros tienen la mayoría parlamentaria y apoyan al primer ministro Fuad Siniora, mientras que los segundos intentan por todos los medios forzar unas nuevas elecciones o al menos la formación de un Gobierno de unión nacional.

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