(PD/Agencias).- La larga y complicada negociación sobre el nuevo canon digital, la tasa que grava algunos medios de almacenamiento y que está diseñada para compensar a los titulares de los derechos de autor cuyos contenidos se copian en esos soportes, parece estar a punto de concluir, si se atiende a las señales de todas las partes implicadas.
Pero los consumidores, que son quienes pagarán ese importe, siguen sin tener más información que la que tenían antes del verano: pagarán, sí, pero no saben cuánto ni exactamente por qué.
Después de que el pasado mes de marzo las sociedades de gestión y los representantes de la industria electrónica agotasen el plazo que les daba la nueva ley de propiedad intelectual para fijar un acuerdo sobre el canon sin ni siquiera haber acercado sus posturas, el final del verano ha traído un anuncio del Ministerio de Cultura que promete poner final al culebrón.
