(PD / EFE).- El gigante informático Microsoft ha firmado un acuerdo que hasta hace poco era impensable, con Samba. Con él pretende cumplir con las sanciones impuestas por la Comisión Europea por prácticas antimonopolio, y con un dictamen que se remonta a 2004.
Samba es un proyecto de software libre y sin fines de lucro, que aglutina a desarrolladores de todo el mundo que han creado y mantienen un conjunto de programas que sirven fundamentalmente para conectar entre sí, y en una red local, ordenadores con sistemas operativos de las familias Linux y Windows, e impresoras.
La respuesta de la Comisión no ha tardado en llegar, de la mano de su portavoz, Jonathan Todd: «esto debería inyectar competencia en un mercado que había estado dominado por Microsoft a través de su conducta abusiva».
Bueno para Samba, y para otros proyectos libres
«El acuerdo nos permite mantener a Samba al día con los recientes cambios en Microsoft Windows y también ayuda a otros proyectos de software libre que necesitan interoperar con la plataforma Windows», ha afirmado por su parte Andrew Tridgell, creador de Samba.
La Comisión dictaminó en 2004 que Microsoft debía ofrecer información de interconexión que permitiera que las compañías de servidores rivales pudieran operar sin problemas en los ordenadores al igual que el Windows de Microsoft. Por eso el anuncio se esperaba desde hace tiempo.
Microsoft se había resistido a cumplir con la sentencia hasta que el segundo mayor tribunal de la Unión Europea falló en su contra el pasado mes de septiembre. Como Samba no es una entidad comercial, no se vio obligada a salir del mercado y todavía seguía en pie y con la capacidad de beneficiarse de la sentencia.
La fundación que sostiene Samba ha pagado a Microsoft 10.000 euros para acceder a los documentos que necesita para todos lo protocolos de servidores de grupos de trabajo. Samba debe conservar la confidencialidad de la información, pero puede y va a revelar los códigos fuente para ejecutar los protocolos.
