El baile de moda triunfa en la red

(PD / EFE).- Los fines de semana se pueden ver alrededor de de la torre Eiffel a adolescentes moviendo los brazos como aspas de molinos. Como además se retan entre ellos y luego lo graban en Internet, el fenómeno se está extendiendo rápidamente por todo el mundo.

Nada tienen que ver con el fenómeno las drogas de diseño o las ingestas masivas de alcohol. Hablamos del tecktonik, un baile que está calando en discotecas, institutos y calles parisinas. Quienes lo practican realizan movimientos rápidos y nerviosos, similares a los del hip-hop o el break-dance.

Como todo baile que se precie, el tecktonik va asociado a una determinada estética. Peinados en cresta, cazadoras negras ajustadas al cuerpo, pantalones pitillo y deportivas de marca conforman el «kit» que llevan los adolescentes seguidores de esta nueva moda.

El Tecktonik nació en Holanda y de allí se trasladó a Bélgica aunque fue la discoteca Metropolis, a las afueras de París, la que lo popularizó en el 2000 gracias a sus Tecktonik Killer, unas fiestas con pinchadiscos que reúnen a 8.000 adeptos de este baile cada fin de semana.

El fenómeno también está empezando a calar en España. Existen ya algunas páginas web dedicadas al Tecktonik con foros y vídeos. De momento, eso sí, nada parecido al chikichiki.

¿Moda pasajera?

Para el sociólogo de la adolescencia Michel Fize, «Los jóvenes se desmarcan de su predecesores e inventan una forma de sociabilidad. Habrá que ver si se trata de una moda o de un movimiento de fondo».

El sociólogo especialista en moda Pascal Monfort comenta que «las grandes marcas sienten que el Tecktonik es la gallina de los huevos de oro aunque no saben si lanzarse» ya que no están seguros de si va a durar o no.

Sin embargo, Tecktonik es ya una firma de ropa de diseño y una bebida, la Tecktonik Killer, y algunas empresas de cosmética y de calzado deportivo se plantean si lanzar productos bajo esa marca.

Las casas de discos como EMI, que ha vendido 300.000 discos, o Universal, que ha conseguido un disco de oro, también han hecho su negocio gracias a los recopilatorios de Tecktonik, y no descartan expandirlo por el resto del mundo.

Las emisoras de radio y las televisiones francesas también se han hecho eco del fenómeno e incluyen en su programación espacios dedicados a este baile que gana cada vez más oyentes y espectadores.

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