Sasha Valdés (PD).- Imagina un mundo sin cables. Sin límites. Esa es la filosofía de Fulton Innovation.
A mediados del pasado año la compañía WildCharge (Arizona) anunció que comercializaría el WildCharger, un pequeño aparato parecido a una tableta de chocolate y que una vez conectada a la red eléctrica es capaz de cargar cualquier aparato compatible. Sin cables. Por inducción, es decir, solo había que colocarlos encima.
¿El incoveniente? Como para casi todos los cambios tecnológicos hay que hacer modificaciones en los aparatos. Aún es necesaria la compra de un adaptador que haga compatibles módulo y cargador. Aumentando sus ventas y por lo tanto su popularidad, WildCharge podría crear convenios con un mayor número de empresas para conseguir, finalmente, que lanzaran sus productos con la compatibilidad de WildCharger de fábrica.
Esto sería posible si Apple, Motorola o Sony no estuvieran desarrollando sus propios sistemas con diferentes versiones, compañías mucho más potentes a nivel mundial que WildCharge.
Otro de sus defectos es la aún leyenda urbana – científicamente aún no está comprobado- de que las redes inalámbricas producen cáncer debido a su elevada emisión de señales RF.
¿Las ventajas? Los usuarios apuntaban como su mayor cualidad el hecho de poder cargar varios módulos a la vez con este PBX y obviamente, librarte de la maraña de cables que se forma cuando tienes que viajar, ir a la oficina…o allá donde quiera que vayas y tienes que llevar contigo el móvil, el i-pod, la PDA, el iphone, el PMP, el notebook y la Nintendo D/S.
En este caso las ventajas pesan más entre los usuarios que los incovenientes, algo que ha sido aprovechado por Fulton Innovations para el desarrollo de un estándar industrial de recarga inalámbrica.
No es una tecnología nueva, sin embargo sí tiene una nueva aplicación, bastante sencilla pero muy práctica: uno solo aparato que valga para cargarlo todo, en definitiva.
La compañía compara el concepto de la eCoupled Technology con la gestión de redes inalámbricas estandarizadas, que ha sido codificada bajo la mara WiFi para permitir que fabricantes diferentes trabajaran en la creación de dispositivos con sistemas que puedan interoperar entre sí.
Imaginar un mundo en el que el poder de la revolución inalámbrica domine, ya no es tanto imaginación como realidad.
