Gadgets muy reales

Gadgets muy reales

El cine no sólo sirve para idear aparatos sorprendentes con los que 007 se enfrenta a los supervillanos sino, de paso, para inspirar a los diseñadores de gadgets del mundo real.

Todos los fans de “Regreso al futuro” han deseado tener el monopatín sobre el que levitaba Michael J. Fox, igual que los trekkies matarían por tener el comunicador políglota del Capitán Kirk. Por increíble que parezca, más de un dispositivo de ciencia ficción está -o estará en breve- disponible (aunque todavía queda un trecho para el teletransportador de personas), según un artículo de PC Magazine.

Traductor universal, de “Star Trek” a Phraselator

El cacharro con aspecto de linterna de camping que sostiene el capitán de la Enterprise es el traductor de lenguaje universal, prototipo que inspiró a sus sucesores, el Languatron de “Battlestar Galactica” y el pez babel de “La Guía del Autoestopista galáctico”. A la derecha, con un aspecto mucho más futurista, el Phraselator P2, originalmente diseñado por el ejército de EEUU y que incluye una librería con más de 40 idiomas, que puede traducir en cuestión de segundos. Su fabricante, Voxtec, tiene previsto comercializar el aparato en cuestión “de tres o cuatro años”, según PC Magazine.

Coche volador, de “Blade Runner” al AirCar

Aunque el clásico de Ridley Scott no fue el primero en sugerir el coche volador (genéricamente conocido como “spinner”), sí consiguió establecer un estándar. “Los 4 fantásticos” o “El quinto elemento” también han disfrutado de los atascos tridimensionales. En el Salón del Coche de Nueva York de este año, Milner Motors mostró su Air Car,m un coche con alas plegables que llegará al mercado en tres años por unos muy razonables 300.000 euros. Tendrá una autonomía de 1.600 kilómetros y alcanzará los 300 Km/h. Si la Guardia Civil del Aire lo permite, claro.

Rayo de calor, de “La guerra de los mundos” al ADS

H.G. Wells concibió el rayo como arma en su clásico de 1898 “La guerra de los mundos” (llevada al cine hasta cuatro veces desde entonces). “La guerra de las galaxias” y Buck Rogers, entre otros, se apuntarían al poder letal del láser. El llamado Sistema de Denegación Activo del Pentágono no fríe al enemigo pero su rayo de 100.000 watios pica un rato. El enemigo está a salvo con moverse fuera de su alcance. De momento no se comercializa.

Patinete levitante, de “Regreso al futuro” a Scarpar

Marty McFly patinaba un palmo sobre el suelo con su skate de Mattel para huir de la banda de los Griff en la segunda parte de “Regreso al futuro” y hacía lo propio en su retorno a 1885 de “Regreso al futuro III”. A sólo siete años del 2015 que representa la secuela, ¿dónde están los patinetes voladores? Pues en Australia tienes lo más parecido. El fabricante Scarpar ha diseñado un prototipo de tabla propulsada por gas capaz de andar por asfalto, ripio o incluso nieve. El producto final, del que no se ha desvelado el precio, estará disponible a principios del año que viene.

Radio de pulsera, de “Dick Tracy” al M800

La radio de pulsera que utilizaba Dick Tracy para atrapar a los malos en el cómic a partir de 1946 se convirtió en el icono más reconocible de la saga, que continuó en series de TV y en la famosa película que protagonizó Warren Beaty en 1990. Los japoneses han superado de lejos el original, incorporando en el enorme CECT M800 128 Mb de memroia, MP3 y Bluetooth. ¿Su precio? Menos de 100 euros.

Robot teléfono, de “Transformers” a Parkoz

Los Transformers llevan entre nosotros desde 1984. En la película de 2007 aparecía una encarnación del robot Frenzy, en cuyo interior residía el teléfono móvil Mikaela, una vez el primero era decapitado con una espada. En el mundo real, el fabricante coreano Parkoz Hardware ha diseñado un teléfono Transformer que, con un chip de inteligencia artificial, se convertirá algún día en un arma de destrucción masiva. Aleluya.

Cazas TIE, de “La Guerra de las Galaxias” a Deep Space

Los temibles TIE (Twin Ion Engine), los cazas de la escuadra Imperial, utilizaban sendos paneles hexagonales para aportar energía a los aceleradores de micropartículas de la nave. Estos aceleradores impulsaban los gases ionizados, que eran expulsados por la parte trasera. Desde 1998, los impulsores controlados por iones se utilizan para mantener los satélites en posición. El Deep Space 1 de la NASA fue el primer en usar un cátodo para convertir los electrones en un propulsor, capaz de llevar el satélite a una velocidad de 150.000 kilómetros por hora.

Coche sumergible, de “El espía que me amó” a sQuba

La décima aventura en el cine de James Bond tuvo lugar en 1977: “El espía que me amó”. En ella el protagonista no era el hierático Roger Moore sino el coche sumergible Lotus Espirit que, con sus cuatro propulsores, sus ruedas replegables y su periscopio, se convirtió instantáneamente en un clásico. Inspirado directamente en la citada cinta, el sQuba de Rinspeed es el primer coche híbrido del mundo, capaz de andar en carretera y bajo el agua, hasta 11 metros de profundidad. El precio del prototipo ronda el millón de euros aunque el fabricante prevé que su precio final sea la tercera parte. Una ganga, vaya.

Espada de luz, de “La Guerra de las Galaxias” a Maxablaster

Hablando de clásicos, la espada de luz es el objeto soñado por toda persona que hubiese querido nacer en una galaxia lejana. Un sable de pura energía (¡y variados colores!) que sólo los caballeros Jedis pueden usar. Aunque las espadas de luz de palo llevan décadas vendiéndose en las tiendas de juguetes, el Maxablaster es lo más aproximado disponible hasta la fecha. Se trata de una luz de 38 millones de candelas de potencia capaz de quemar la piel, aunque no es sólida, como su referente. Utiliza 54 pilas y es capaz de iluminar una nube a 7 kilómetros de altura. Su inventor, un ingeniero óptico holandés, no tiene previsto fabricarla masivamente, lo que parece una buena idea.

Exoesqueleto, de “Aliens” a HAL-5

Para luchar con la Reina de las cucarachas del espacio, Sigourney Weaver se agencia un exoesqueleto robótico de amplio espectro. Un traje similar se calzaba Kevin Kline en “Dave, presidente por un día”, en este caso para ejecutar unos pasos de baile. Menos aparatoso es el exoesqueleto mecánico HAL – 5, diseñado por Cyberdyne Systems (un homenaje al ficticio fabricante de los Terminators), que convierte las órdenes de las articulaciones y las transforma en impulsos eléctricos para ayudar a levantar pesos o facilitar el movimiento de enfermos y ancianos. De momento sólo está disponible en Japón, por unos 40.000 euros.

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