(PD).- El sueño de un robot-asistente que evite las tareas más pesadas de la vída diaria aún está lejos. Pero mientras llega, las empresas que desarrollan estos artefactos, mayoritariamente japonesas, siguen creando androides capaces de realizar tareas, cada uno la suya.
Los inventores del robot que pedalea en una bicicleta (sin patines y sin caerse) sin caerse acaban de desarrollar ahora uno que es capaz de hacer lo mismo… en un monociclo.
Seiko-chan, que así se llama la robot, ha sido diseñada con el único propósito de demostrar el poderío de Murata en el campo de la electrónica aplicada en general, y los sistemas de control en particular.
La empresa ha ideado incluso una filiación para la pequeña, de apenas 50 cm de estatura y 5 kg de peso, algo muy útil teniendo en cuenta que pretenden usarla en demostraciones dirigidas a estimular el interés por las ciencias en los escolares nipones.
La historia de Murata asegura así que Seiko-chan es prima carnal, por parte de padre, de su antecesor Seisaku-kun.
Para mantenerse en ese constante equilibr, la pequeña robot utiliza un volante de inercia que está situado en el centro de su torso, y que cambia su sentido de rotación constantemente, para evitar que su propietaria caiga de lado.
Para no precipitarse hacia adelante o atrás, Seiko-chan lo tiene más fácil, ya que sólo necesita activar el mismo motor que le sirve para mover el monociclo.
Para no ir a ciegas, el robot de Murata incorpora además los habituales sensores para detectar obstáculos.
