Manuel Gimeno, de la Fundación Orange: «España nunca ha sido un país amante de las nuevas tecnologías»

Manuel Gimeno, de la Fundación Orange: "España nunca ha sido un país amante de las nuevas tecnologías"

Fermín Elizari (PD)-. La de Manuel Gimeno es una de las voces más respetadas de la sociedad de la información en España. Desde lo más alto de la Fundación Orange otea el horizonte sin que se le escape ningún dato, para posteriormente publicar un estudio pormenorizado del estado de salud del sector TIC , el informe eEspaña. Y las conclusiones de la edición 2008 son claras: «Se avanza pero no es suficiente».

El estudio indica que España ha avanzado tres puestos en el ránking europeo -«un dato enormemente positivo», afirma Gimeno-, aunque el cómputo global sigue mostrando una mediocre 17ª posición.

«Sin tener que sentirnos orgullosos, el salto que hemos dado en este año es muy valorable. Lo que sucede es que nos tenemos que preguntar qué puesto debe ocupar nuestro país. Porque quizás no tengamos que aspirar a ser los primeros o los segundos, si no a ser los onceavos dentro de tres años».

El informe analiza un sinfín de parámetros de la sociedad de la información, y en unos aspectos España se sitúa en cabeza (implantación de Internet de banda ancha o uso de Internet en los móviles) y en otros en el vagón de cola (número de hogares con acceso a Internet) o implantación del comercio electrónico. «Se puede decir que es un país de contrastes», reconoce el director general de la Fundación Orange.

Gimeno alude a factores tanto sociales como institucionales para justificar el retraso del sector TIC español respecto a sus vecinos europeos. Por ejemplo, sostiene que la atomización del empresariado es clave en la nula implantación de las nuevas tecnologías en parte de las compañías españolas. Más del 98% de las empresas españolas son pymes, y de ellas el 80% cuenta con menos de diez trabajadores.

«El tamaño es pequeño. Y esto importa de verdad, porque el tamaño es decisivo».

Dentro de las causas socioculturales, comenta que España «nunca ha sido un país amante de las nuevas tecnologías». «No somos tecnófobos, pero no somos unos grandes consumidores de tecnologías», matiza.

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