La palabra acertijo proviene del latín certum (“cierto”, “certeza”) y el prefijo a- (“hacia”).
Estos rompecabezas mentales, en sus distintas formas y apariciones, tienen una presencia muy antigua en la historia humana, ya sea como forma de divertimento, o como reto impuesto por divinidades a los héroes mitológicos.
De hecho, uno de los acertijos más célebres y antiguos que se conocen proviene de la Antigüedad Griega, específicamente del mito de Edipo, quien en su camino a Tebas se topó con una esfinge custodiando el acceso a la ciudad.
La criatura le imponía un acertijo a todos los transeúntes, y devoraba a todos los que fracasaban en su resolución.
El acertijo era el siguiente:
“¿Cuál es la criatura que en la mañana camina en cuatro patas, al mediodía en dos y en la noche en tres?”
A lo que Edipo respondió:
“El hombre, pues gatea en su infancia, camina durante su vida y cuando llega a viejo se apoya en un bastón para andar”.
El mito dice que, al ser derrotada, la esfinge enfureció tanto que se arrojó por un acantilado, y la ciudad de Tebas fue liberada, coronando a Edipo como su rey.