El Mobile no pudo con el coronavirus.
Finalmente el evento fue cancelado y las pérdidas son millonarias. El sector empresarial cayó en una especie de efecto dominó, ninguno quiso arriesgar a sus empleados, tampoco querían perder dinero, las prostitutas, por su parte, no querían arriesgarse a salir contagiadas.
“Nunca nos hemos enfrentado a una situación parecida. Hay que improvisar un poco y valorar los riegos, ver si es viable para ellas. Algunas chicas ya nos han dicho que no quieren tener contactos con clientes de estos países”, comentó una de las agencias más importantes de Barcelona, en referencia a los participantes asiáticos del Mobile, particularmente chinos.
“Hay miedo a contagiarse en un servicio, pero con que venga una persona enferma y se suba a un taxi ya estamos todos expuestos. Es algo que no podemos controlar. Hay un poco de chinofobia, pero es absurdo”, explican.
“Ellas eligen a sus clientes, son sus propias jefas. Si se sienten más seguras sin tener contactos con asiáticos, son libres de hacerlo. Eso no impide que un cliente alemán que haya tenido contacto con asiáticos en el Mobile las pueda contagiar. Nadie está libre de contagio”. dijeron desde la agencia Omnia a las ‘escorts’.
Otras agencias consultadas, que piden el anonimato, van en la misma línea: admiten cierta preocupación entre sus trabajadoras pero señalan la libertad de cada una para elegir a sus clientes.
Los locales nocturnos tampoco han podido pasar por alto a la enfermedad contagiosa, los clubs con ‘pool dance’, música y chicas son los más demandados durante la feria por los asiáticos, por encima del servicio privado de ‘escorts’, más popular entre europeos y norteamericanos.
Cada cierre de jornada en la Fira de Barcelona, no son pocas las furgonetas que recogen a los asistentes llegados de todo el mundo y los reparten por los clubes de alterne más exclusivos de la ciudad. Los locales pagan, en su mayoría, comisión a estos chóferes.
Los clubs y salas de masajes optan por el silencio ante la crisis que se avecina, como la sala Bacarrá, referente de la prostitución de alto nivel en Barcelona, que declina pronunciarse sobre el efecto del coronavirus entre sus trabajadoras.
“Cuando llegue el Mobile veremos qué pasa. Si las chicas se asustan, lo más probable es que no vengan a trabajar, en ese caso ya veremos cómo lo afrontamos”, expliaban desde La Vie en Rose, un hotel de lujo con servicio de ‘escorts’, antes de conocer la cancelación.
“Lo mejor es que no cunda el pánico, el que venga será bien recibido”. Desde Omnia adelantan que consultarán “a especialistas médicos” e informarán a las chicas sobre los posibles riesgos. «Habrá que darles un termómetro», dicen a modo de chascarrillo.
El duro golpe económico
El Mobile es la gran fiesta de Barcelona para la prostitución, “lo mismo que la Navidad para los centros comerciales”, aseguran.
La demanda aumenta un 30% por la llegada de clientes con alto nivel adquisitivo, estos no temen a exprimir sus tarjetas de crédito para disfrutar de las noches fuera de casa. Por esto, no solo acuden al Mobile mujeres de Barcelona, el elevado nivel de demanda genera que mujeres del resto de España e incluso de otros países de Europa se desplacen a Barcelona durante esa semana.
Los precios por tener una noche de lujuria en Barcelona se disparan con el Mobile, así como el resto de servicios. Las tarifas medias oscilan entre los 300 y los 500 euros por hora. La sala Bagdad, célebre por sus espectáculos de sexo en vivo, cobró el año pasado 90 euros por entrada con derecho a copa.