Windows 10 ha dado un importante paso para mejorar la seguridad en su sistema operativo.
Como parte de sus actualización, Windows 10 ha incluido los parches contra varios fallos de seguridad valorados como de gravedad crítica, y dos de ellos han sido explotados activamente por ciberdelincuentes.
Los dos errores fueron descubiertos por la compañía de ciberseguridad Kaspersky, que ha afirmado que en ambos casos se trataba de vulnerabilidades día cero, es decir, aquellas que son desconocidas para los fabricantes y/o desarrolladores.
En el primero de los casos, CVE-2021-31955, un elemento del ‘kernel’ del sistema de Microsoft denominado ‘ntoskrnl.exe’ permitía a los cibercriminales acceder a información restringida del sistema.
En el caso de la segunda vulnerabilidad, CVE-2021-31956, los atacantes podían llevar a cabo una elevación de privilegios para acceder a permisos sensibles de Windows, a través del mecanismo conocido como saturación de búfer. El proceso vulnerable, ntfs.sysm, es una función que extiende los atributos de un archivo y los guarda en el búfer.
Los fallos de seguridad, que Windows parcheó, forman parte de una campaña de vulnerabilidades día cero explotadas por un nuevo grupo de cibercriminales conocido como PuzzleMaker, que también ha afectado al navegador Google Chrome.
Los ciberdelincuentes han explotado las vulnerabilidades críticas de Windows 10 para inyectar un total de cuatro módulos de ‘malware’ en los procesos del sistema y ejecutarlos.
En última instancia, el ‘malware’ instala un ‘shell’ de Windows que es capaz de descargar y subir archivos, crear procesos, funcionar en reposo durante tiempo indefinido e incluso autoeliminarse.