Microsoft presentó la siguiente generación de su sistema operativo.
Windows 11 está basado en la nube, con un nuevo diseño que potencia las formas redondeadas y las transparencias, y enfocado a la productividad.
El responsable de Producto, Panos Panay, ha destacado que la nueva versión debería sentirse «familiar, segura, abierta, conectada», especialmente ahora en un momento en que los ordenadores han demostrado ser uno de los mejores equipos para trabajar, aprender y comunicarse.
En este contexto, ha presentado Windows 11, que estrena un nuevo diseño, de formas redondeadas, especialmente apreciable en las esquinas de todos los iconos; con transparencias, para que se asemeje a estar mirando a través de un cristal; y de transiciones fluidas entre tareas, basado en la nube.
Este diseño, que incluye un modo oscuro y uno claro, está pensado para transmitir sensación de calma, según Panay, y sobre todo para que el usuario tenga la información siempre a mano. Esto se aprecia en nuevas funciones, como los Widgets, que pueden personalizar tarjetas de información sobre el tiempo, el tráfico, o información local.
La compañía también ha rediseñado el menú de inicio y la barra de tareas con el acceso a aplicaciones como Teams, que ahora está integrado en Windows. Con Snap Layouts, Windows 11 permite personalizar la apariencia y la disposición de las ventanas.
El usuario también podrá personalizar escritorios según el uso, ya sea para el trabajo, para el estudio o el ocio, con configuraciones separadas.
La nueva experiencia con las aplicaciones y con el ‘docking’ (cuando el portátil se conecta a un monitor) hacen posible retomar el trabajo, incluso con varias aplicaciones abiertas, en el mismo lugar donde el usuario lo dejó antes de apartarse del ordenador.
Windows 11 también esta diseñado para que siempre se sienta igual tanto si se usa en una tableta y su pantalla táctil como si se usa en un ordenador con teclado. Además, mejora la experiencia con el lápiz óptico y teclado táctil en pantalla.