Advierte Kazuhiko Nishi, creador del ordenador personal

«No dejemos que la inteligencia artificial lo haga todo por nosotros o nos volveremos estúpidos»

"No dejemos que la inteligencia artificial lo haga todo por nosotros o nos volveremos estúpidos"

Un nutrido grupo de fans del sistema MSX esperaba entusiasmado a Kazuhiko Nishi a su llegada a la sede de la Universitat Oberta (UOC) en el campus de Can Jaumeandreu en ocasión de su visita para conmemorar los 25 años de los Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación. Fundador de ASCII Corporation, y la persona que puede considerarse el padre del estándar MSX, Nishi es considerado el creador del ordenador personal.

A sus 66 años, no piensa en jubilarse y trabaja en un montón de proyectos apasionantes.

¿Cómo se siente al haber sido invitado a colaborar con la UOC?

Estoy muy feliz, es único estar en una universidad abierta al conocimiento y en internet. Su nombre me parece muy poderoso: abierta. Antes la universidad era una torre de marfil, una institución elitista para unos pocos elegidos. En cambio, en la Universitat Oberta de Catalunya el conocimiento está abierto a todo el mundo, cualquiera puede venir y aprender.

Usted es conocido por haber creado el ordenador personal. ¿Cómo ve haber conseguido este hito cuando mira hacia atrás?

Tuve mucha suerte de estar allí en ese momento de la historia y que se dieran las circunstancias para llevar a cabo el proyecto. Si no hubiera sido yo, alguna otra persona lo habría hecho.

Con 66 años sigue al pie del cañón, trabajando en múltiples proyectos. ¿Cuál es el foco actual de su carrera?

Mi último reto ha sido diseñar tres ordenadores: MSX 0, un ordenador conectado al internet de las cosas (IoT, del inglés Internet of Things); MSX 3, un ordenador multimedia, conectado a la televisión, y MSX turbo, un superordenador para el ámbito doméstico. Además, también estoy en proceso de crear una nueva universidad privada que abrirá en 2025: el Japan Institute for Advanced Studies, que se enfocará en temas tecnológicos. Estoy estableciendo colaboraciones con universidades de otros países, como Hong Kong, Taiwán, Estados Unidos, Reino Unido y Alemania. Me gustaría añadir la UOC a estas alianzas.

¿Cree que el MSX 0, conectado a nuestros aparatos domésticos, va a impactar en nuestro día a día, como lo hizo el ordenador personal?

Los microprocesadores cada día son más pequeños y baratos, por lo que cada vez más productos llevarán un microchip y estarán interconectados. Esto nos hará la vida más fácil. Por ejemplo, si ahora sales de casa y te olvidas de apagar el aire acondicionado, te va a subir la factura de la electricidad. Cuando tengamos estos aparatos «inteligentes», notarán que no estamos en casa y el aire se apagará automáticamente.

Le veo la utilidad, pero también tendrá un coste para nuestra privacidad.

El ordenador no tiene el deseo de controlar. En todo caso, hay otro peligro. Si dependemos totalmente del IoT y este deja de funcionar, la sociedad se parará: nos quedaremos sin aire acondicionado, sin agua, etc. Pero hay otras tecnologías que pueden ser muy peligrosas.

¿Cuáles son?

El mayor peligro para la sociedad del futuro son los robots. No estoy hablando de los robots que venden Coca-Cola o limpian el suelo, sino de los robots con aspecto humanoide, que pueden ser diseñados para matar. Cuando una mala persona quiere matar a alguien, esta tiene un límite. Pero un robot programado para asesinar, no. Las leyes actuales sobre desarrollo de robots están obsoletas, debemos revisarlas y ponerlas al día para que un escenario de este tipo nunca pueda producirse.

La inteligencia artificial (IA) es cada vez más inteligente y está aprendiendo a realizar más tareas. ¿Cómo podemos controlarla para que no se nos escape de la mano?

El peligro de la IA es que debemos asegurarnos de que no se convierte en una «caja negra», es decir, debemos saber cómo ha sido programada y cómo funciona. Imaginemos que un ingeniero muere de forma repentina sin dejar esta información. Puede suponer un riesgo no saber cómo funciona la caja negra. La IA deberá ser regulada en el ámbito jurídico.

¿Se imagina un mundo en que la IA haga nuestro trabajo y tengamos más tiempo libre?

No, a menos que queramos convertirnos en seres humanos «tontos» que dependen de las máquinas y que no saben pensar. De todos modos, la IA será muy potente, especialmente en algunos campos como la medicina, en el que superará la capacidad de los médicos dentro de pocos años. Aun así, una decisión importante sobre un paciente siempre la debería tomar un médico experto.

¿Qué otras innovaciones van a cambiarnos la vida?

Los automóviles también serán muy inteligentes. Hemos oído mucho hablar de la conducción automatizada, pero no se ha materializado todavía. Creo que en los próximos años habrá grandes avances en este ámbito. Por otro lado, aunque hay la tendencia de pasar a los coches eléctricos, los de gasolina no van a dejar de existir, pues son más rentables.

Para terminar, ¿qué consejo daría para animar a los niños —especialmente a las niñas— a enfocar su carrera en el ámbito tecnológico?

Si te gusta la tecnología y construir cosas, conviértete en ingeniero. Pero si prefieres ganar mucho dinero, hay otras carreras profesionales: abogado, médico, dentista… Respecto a las niñas, el problema está en el contexto cultural y, especialmente, en sus padres. A ellos les diría: «Trata a tu hija como a un individuo, no como a una hija».

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