El escenario energético mundial está experimentando una transformación silenciosa pero radical.
Mientras Europa y América siguen apostando por el litio como el elemento clave para la revolución de los vehículos eléctricos, China ha dado un paso adelante con una alternativa que podría reescribir las reglas del juego: las baterías de sal o de iones de sodio.
En las calles de Hangzhou, al este de China, ya circulan decenas de ciclomotores eléctricos que no utilizan las tradicionales baterías de plomo-ácido o iones de litio, sino una tecnología basada en el sodio, un elemento abundante que puede extraerse de la sal marina.
Estos vehículos, con precios entre 400 y 660 dólares, representan la vanguardia de una revolución energética que podría cambiar radicalmente el mercado global de baterías.
La tecnología detrás de las baterías de sal
Las baterías de iones de sodio y de iones de litio comparten estructuras similares. La principal diferencia radica en los iones que utilizan: las partículas que se desplazan entre los polos positivo y negativo de la batería para almacenar y liberar energía. El sodio, elemento abundante en la naturaleza, ofrece una alternativa viable al litio, cuya extracción resulta mucho más costosa y contaminante.
El gigante chino CATL, el mayor fabricante de baterías del mundo, ha lanzado recientemente su nueva batería de sodio denominada «Naxtra». Este avance tecnológico no es una simple mejora incremental, sino un salto cualitativo que podría redefinir el mercado energético global. La presentación de esta batería el 21 de abril de 2025 provocó un inmediato descenso en el precio del litio, que cayó a niveles de 2021, encendiendo las alarmas en países productores como Chile.
Ventajas competitivas que cambian el panorama
Las baterías de iones de sodio presentan múltiples ventajas frente a sus competidoras de litio:
- Mayor seguridad: No presentan prácticamente ningún riesgo de incendio, incluso en condiciones extremas.
- Superior durabilidad: Pueden alcanzar una vida útil de hasta 20 años, superando los 15 años habituales de las baterías de litio.
- Facilidad de reciclaje: Al no contener metales como litio o cobalto, su proceso de reciclaje es más sencillo y menos contaminante.
- Materias primas abundantes: Utilizan sal común, un recurso ampliamente disponible, lo que podría suponer una ventaja significativa en costes.
- Resistencia a condiciones extremas: La batería Naxtra puede funcionar incluso a temperaturas de -40°C y ofrece una autonomía de 500 kilómetros en vehículos eléctricos.
Yadea, el principal fabricante chino de vehículos de dos ruedas, ya ha implementado puntos de carga rápida que pueden recargar estas baterías del 0% al 80% en apenas 15 minutos, además de estaciones de intercambio que permiten a los usuarios cambiar sus baterías agotadas por otras nuevas mediante un simple escaneo de código QR.
El impacto económico y geopolítico
La irrupción de las baterías de sodio en el mercado global podría tener consecuencias profundas para los países productores de litio. Tras el anuncio del lanzamiento de Naxtra, las acciones de SQM, la mayor minera chilena privada dedicada a la producción de litio, cayeron un 3,32% en la Bolsa de Santiago.
Manuel Viera, presidente de la Cámara Minera de Chile, ha llegado a afirmar que «el litio tiene sentencia de muerte», estimando pérdidas potenciales entre 2.000 y 6.000 millones de dólares anuales para la industria chilena del litio. Algunos expertos comparan esta situación con lo ocurrido a finales del siglo XIX con el salitre, cuando la invención de un símil sintético dejó obsoleto un recurso que Chile poseía en abundancia y por el que había librado una guerra con Perú y Bolivia.
La carrera tecnológica china
Mientras el resto del mundo intenta cerrar la brecha en la producción de baterías de iones de litio, las empresas chinas ya han tomado ventaja en la producción en masa de baterías de iones de sodio. Esta estrategia muestra la visión de largo plazo de China y su capacidad para anticiparse a los cambios en el mercado energético global.
En 2021, el fabricante chino KT apostó con fuerza por la tecnología de iones de sodio y, apenas dos años después, ya suministraba baterías de sal al fabricante de automóviles chino Cherry. Esta rápida evolución demuestra la agilidad de la industria china para adaptarse a nuevas tecnologías y llevarlas al mercado.
Sostenibilidad y medio ambiente
Uno de los aspectos más relevantes de esta transición tecnológica es su impacto ambiental. La extracción de litio representa una catástrofe ecológica en muchas regiones del planeta. En los salares de América Latina, como el de Atacama en Chile o el de Uyuni en Bolivia, la minería del litio consume cantidades enormes de agua: hasta 1,9 millones de litros para producir una sola tonelada del mineral.
Este proceso no solo agota los recursos hídricos en regiones desérticas donde el agua es un bien escaso, sino que también utiliza productos químicos tóxicos como ácido sulfúrico y cloruro de sodio, que contaminan suelos y acuíferos. Las baterías de sodio, al utilizar un recurso mucho más abundante y menos contaminante en su extracción, representan una alternativa más sostenible.
La integración con avances en inteligencia artificial
La revolución de las baterías de sodio coincide con un momento de extraordinario avance en el campo de la inteligencia artificial. En 2025, la IA está transformando múltiples industrias, incluyendo la gestión energética y la optimización de baterías.
Los sistemas avanzados de IA están permitiendo un mejor diseño y gestión de las baterías, optimizando su rendimiento y prolongando su vida útil. Algoritmos de aprendizaje profundo analizan patrones de uso y condiciones ambientales para ajustar los ciclos de carga y descarga, maximizando la eficiencia energética.
Aplicaciones en vehículos autónomos
La combinación de baterías de sodio con los avances en vehículos autónomos de quinta generación está creando sinergias importantes. Los nuevos vehículos autónomos, impulsados por sistemas de IA avanzados, pueden navegar de manera más segura y eficiente en entornos urbanos complejos. Estas tecnologías, junto con baterías más económicas y sostenibles, están acelerando la adopción masiva de la movilidad eléctrica.
Impacto en la tecnología médica
El desarrollo de baterías más eficientes, seguras y duraderas también está teniendo un impacto significativo en el campo de la tecnología médica. Los dispositivos médicos implantables, como marcapasos y bombas de insulina, pueden beneficiarse enormemente de baterías con mayor vida útil y menor riesgo de fallos.
Paralelamente, los avances en inteligencia artificial están revolucionando el diagnóstico médico. Sistemas avanzados pueden ahora detectar enfermedades en etapas tempranas analizando imágenes médicas y datos de pacientes, mejorando significativamente las tasas de supervivencia y reduciendo costos en el sector salud.
La combinación de estas tecnologías está creando un ecosistema de innovación donde los dispositivos médicos alimentados por baterías más eficientes pueden ejecutar algoritmos de IA más sofisticados, permitiendo diagnósticos más precisos y tratamientos personalizados.
Desafíos y limitaciones
A pesar de sus ventajas, las baterías de sodio también enfrentan desafíos importantes. Algunos expertos señalan que, si bien son ideales para aplicaciones estacionarias (como almacenamiento de energía en redes eléctricas), podrían tener limitaciones en aplicaciones móviles debido a características físicas fundamentales.
Como explica un especialista: «El sodio es un mercado con mucho potencial en baterías estacionarias, pero nunca competirá con las baterías diseñadas para ser transportadas en equipos móviles como celulares, herramientas, relojes, etc., o autotransportadas como vehículos eléctricos en general».
Esta visión más cautelosa sugiere que el litio y el sodio podrían coexistir en diferentes nichos de mercado, en lugar de que uno reemplace completamente al otro.
El futuro energético que se avecina
Lo que está claro es que el panorama energético global está cambiando a gran velocidad. China, con su apuesta decidida por las baterías de sodio, está posicionándose estratégicamente en un mercado que será crucial para la transición hacia energías limpias.
Para países como Chile, Bolivia y Argentina, que forman el llamado «triángulo del litio», este cambio tecnológico representa tanto un desafío como una oportunidad para diversificar sus economías y no repetir errores históricos como el del salitre.
La combinación de baterías más eficientes y sostenibles con los avances en inteligencia artificial y tecnología médica está creando un ecosistema de innovación que promete transformar nuestra forma de vivir, movernos y cuidar nuestra salud. En este nuevo paradigma, quienes sepan adaptarse y anticiparse al cambio serán quienes lideren la próxima revolución industrial.
Mientras tanto, en las calles de Hangzhou, los ciclomotores eléctricos impulsados por baterías de sodio siguen circulando silenciosamente, como un recordatorio de que el futuro ya está aquí, aunque no se haya distribuido uniformemente.