Si Microsoft pone los precios por las nubes, le restará todo el atractivo a su producto y quedará como una vana intentona más de la compañía de meterse en camisas de once varas sin éxito
La tableta operará con el sistema Windows 8, anunció la compañía durante un evento en Los Ángeles que había mantenido en secreto hasta el último momento.
El presidente ejecutivo de Microsoft, Steve Ballmer, presentó la tableta, que tiene una pantalla de 10,6 pulgadas y pesa sólo 175 gramos.
LAS CARACTERÍSTICAS
- 676 gramos de peso en la versión ARM y casi 1Kg en la Intel.
- Pantalla de 10.6 pulgadas FullHD (en la versión Pro) con aspecto 16:9.
- Procesador ARM de nVidia con USB 2.0 y una con Intel Core (x86), de momento confirmada versión con i5 y USB 3.0.
- La versión ARM vendrá en 32 y 64 Gb con precio “similar a otras tablets parecidas ARM”.
- X86 (Pro) con 64 y 128Gb con precio comparable a ultrabooks.
- Carcasa de magnesio VaporMg, que le aporta muy buena rigidez.
- 9.3mm de grosor en la versión ARM, 13.5mm en la versión Pro.
- Stand integrado en la misma tablet (kickstand) de 0.7mm de grosor.
- Gorilla Glass.
- Soporte para Office y digital ink con stylus, sampleada a 600 dpi.
Ya está habilitada la página de la tablet así como una comparación entre Surface con Windows RT y X86, un vídeo de presentacion y el vídeo completo del evento.
LA PRESENTACION
«Surface», con un grosor de 9,3 milímetros, viene equipada con USB 2.0 y una carcasa de magnesio llamada «Vapor Mg».
Además, según muestra en su página web se le puede añadir un teclado de material flexible, disponible en cinco colores brillantes, para quienes prefieran el teclado convencional, en vez de escribir digitalmente en la pantalla.
Microsoft había convocado ayer a los medios especializados para un «acontecimiento especial» en torno a un asunto no especificado.
Las publicaciones especializadas en tecnología como CNET y Mashable habían especulado que podía tratarse de la tableta y creían que el anuncio se produciría después del cierre los mercados.
El anuncio precede en dos días a la llamada cumbre Windows Phone de Microsoft en San Francisco, donde se espera que la compañía presente la próxima versión de su sistema operativo Windows Phone OS.
LOS INTERROGANTES
En primer lugar, no está claro cómo reaccionarán los socios de Microsoft ante esta incursión en el mundo del ‘hardware’.
Steve Ballmer, durante la presentación del producto, hizo mucho hincapié en que la compañía no es novata en el mundo de los dispositivos físicos y que ha fabricado desde ratones hasta la consola de videojuegos Xbox.
Lo que no dijo es que se trata de la primera vez en la que uno de estos productos ataca directamente la línea de flotación de sus socios, las compañías que fabrican ordenadores y que están afanándose para el lanzamiento de Windows 8.
Muchos analistas han destacado que con este movimiento Microsoft puede hacer un ejercicio de integración ‘hardware-software’ que sólo estaba al alcance de Apple (o de Google, tras la compra de Motorola).
El problema es que compañías como HP, Lenovo, Asus, Acer o Samsung no tienen esa suerte. Van a tener que seguir pagando licencias a Microsoft para fabricar productos que, al menos por lo que se vio este 18 de junio de 2012, parecen haber quedado obsoletos y eclipsados por el brillo del nuevo ‘gadget’ de Microsoft.
Además, aunque Internet está ya poblado de artículos que hablan de cómo Windows intenta competir con el iPad, lo cierto es que ha puesto tanto énfasis en la productividad que no sería sorprendente que Surface termine robando muchos más clientes a los fabricantes de ordenadores que al iPad.
El reto es que dentro de un tiempo los periodistas tecnológicos que asisten a las presentaciones de Microsoft lleven una Surface y no la plétora de MacBook Air de Apple que se ha hecho habitual en estos eventos.
Otra compañía que tiene motivos para sentirse perjudicada es Nokia. El fabricante finlandés puso todos los huevos en la cesta de Microsoft al apostar por Windows Phone y no por Android como su nuevo sistema operativo para teléfonos inteligentes, y todavía no ha recogido apenas frutos de esta apuesta, aunque en lo tecnológico se trate de dispositivos de gran calidad.
Que Microsoft no haya respondido a esta confianza ofreciendo a Nokia un papel, cualquier papel, en el lanzamiento de Surface, es extraño.
También está la cuestión del precio y de la fecha de lanzamiento. El gigante de Redmond se limitó a decir que ofrecerá precios «competitivos», que es lo mismo que no decir nada. No es lo mismo vender Surface por 300 euros que por 1.000.
Es cierto que ha presentado dos versiones distintas del producto, una más parecida a una tableta como el iPad y a la que se le supone un precio más reducido, y otra con procesador Intel que debería ser capaz de sustituir a un portátil y que probablemente cueste mucho más.
Si Microsoft pone los precios por las nubes, le restará todo el atractivo a su producto y quedará como una vana intentona más de la compañía de meterse en camisas de once varas sin éxito.
Si lanza productos demasiado baratos, podría encender aún más la ira de unos socios que no tienen demasiados motivos para estar contentos. Encontrar el equilibrio será un reto considerable.
En tercer lugar, están las dudas sobre el ‘software’ y el ecosistema. En realidad, todavía no sabemos si el sistema operativo será todo lo que promete y las dudas son de lo más básico.
En cuanto a las apps, la presentación de Netflix es interesante pero aún quedan dudas. No tanto para el producto con Intel, que podrá utilizar cualquier aplicación para Windows. Las dudas están en la plataforma ARM con Windows RT, la tableta más tableta y menos PC.