Tienen los japoneses una cara, una faceta, muy tradicional.
La cultura japonesa es muy rica y variada, y hay muchas más cosas interesantes que se pueden explorar y descubrir.
Pero lo que siempre o casi siempre se destaca de los nipones es ‘clasico‘.
Cosas como estas:
- Los japoneses tienen una cultura de respeto muy arraigada, y esto se refleja en muchos aspectos de la vida cotidiana. Por ejemplo, es común que las personas se inclinen al saludar en lugar de dar la mano.
- El arte de doblar papel, conocido como origami, es una de las artes tradicionales más populares de Japón. Los japoneses han llevado esta técnica a un nivel muy alto, y se pueden crear figuras complejas y detalladas utilizando solamente papel.
- El té es una bebida muy importante en la cultura japonesa, y la ceremonia del té es una tradición muy valorada. Esta ceremonia se centra en la preparación y presentación del té, y se considera una forma de arte en sí misma.
- La moda japonesa es muy innovadora y a menudo se caracteriza por la mezcla de estilos. Los japoneses han creado estilos de moda únicos como el Harajuku y el Lolita, que han ganado popularidad en todo el mundo.
- La comida japonesa es muy variada y saludable. El sushi, el ramen y el tempura son algunos de los platos más conocidos, pero también hay muchos otros platos deliciosos que los japoneses disfrutan.
- La tecnología es una parte integral de la cultura japonesa, y los japoneses son conocidos por su creatividad e innovación en este campo. Muchas de las tecnologías que utilizamos hoy en día, como los teléfonos móviles y las pantallas de televisión planas, fueron desarrolladas en Japón.
- La cultura del anime y el manga es muy popular en Japón, y ha ganado una gran base de fans en todo el mundo. Estas formas de entretenimiento se caracterizan por sus historias emocionantes y su estilo de dibujo único.
En este vídeo descubrirás que a menudo se van demasiado lejos con sus inventos.
Alucinarás.
Chindogu es una palabra japonesa que puede traducirse como “herramienta extraña o deformada”.
El término designa toda una categoría de enseres que tratan de solucionar un problema cotidiano, pero acaban generando tantos inconvenientes que a la postre son inútiles o ridículos.
Inventar un Chindogu no es nada fácil. No basta con idear algo estúpido como un martillo con mira telescópica.
Para convertirse en auténticos chindogus, los objetos deben recibir la aprobación oficial del ICS, que es la que regula esta práctica en todo el mundo y que hasta cuenta (o contaba) con el apoyo de algunas universidades dentro y fuera de Japón.
La ICS contempla una serie de requisitos para que un inventos sea Chindogu.
Esos mandamientos se resumen en:
- Un chindogu debe parecer útil pero nunca debe poder usarse realmente. Debe ser inútil. Si tiene utilidad es un invento digno de ser patentado.
- Debe haberse construido, es decir, debe existir físicamente aunque solo sea un prototipo.
- Debe ser una herramienta de uso diario.
- No puede ponerse a la venta baajo ninguna circunstancia. Si se vende en algún sitio no es Chindogu.
- No puede haberse creado sólo como una broma. Debe haberse concebido con una utilidad real en mente.
- No puede ser o contener publicidad de ningún tipo ni ser un objeto promocional.
- Nunca debe ser o encarnar algo tabú. En Japón esto significa que no debe ser sexualmente explícito ni atentar contra la vida de los animales o las personas.
- Un auténtico chindogu no puede patentarse ni registrarse bajo ninguna licencia.
- Por último, no puede promover prejuicios de ningún tipo.
¿Para qué fabricar algo que nunca se va a vender, ni a patentar, y que en realidad pretende ser útil pero no lo es? La respuesta es tan difusa como la propia cultura japonesa, y se inspira mucho en la filosofía del propio Kawakama, que destestaba el capitalismo y se deleitaba mostrando su lado más absurdo.
El Chindogu existe, en cierto modo, porque podemos permitirnos que exista.