Podría ser un dispositivo propio de personajes de ficción como James Bond pero pronto soldados de verdad de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos realizaran llamadas con un pequeño aparato entre sus dientes.

Este martes el Departamento de Defensa estadounidense ha firmado un acuerdo con la compañía californiana Sonitus Technologies, por el que se gastará aproximadamente 10 millones de dólares para desplegar este «Molar Mic» entre sus tropas. 

Este aparato tiene una diseño similar a un auricular inalámbrico pero más pequeño que iría sujeto en una de las muelas. La boquilla cuenta con un micrófono a prueba de agua y debe fabricarse a medida para que se adapte perfectamente al diente de cada usuario. 

El Mic Molar va acompañado por un collar colocado en el cuello que hace las veces de transmisor, enviando la señal a una segunda unidad de radio que podría ir escondida entre la ropa y que se encargaría de conectar con el otro interlocutor en la llamada, según recoge Marta Sanz Romero en computerhoy.

Sonitus Technologies asegura que al estar el micrófono dentro de la cavidad bucal, las paredes de la boca eliminarían el ruido externo y permitirían que el sonido se transmitiera con mayor claridad incluso si fuera necesario susurrar. 

En cuanto a la recepción de sonido, el soldado no llevará auriculares, ya que la boquilla utiliza la conducción ósea que conecta la boca y el oído interno para permitir que el soldado escuche claramente el mensaje de su interlocutor. «La boquilla traduce el sonido en vibración en los dientes, que se traduce nuevamente en sonido por el oído interno» explica Sonitus Technologies en su web. Según la compañía, el sonido parece venir desde dentro de la cabeza y permite oír simultáneamente la llamada y el ruido externo.

Molar Mic

«Durante el período de tres semanas, su cerebro se adapta y mejora su capacidad para procesar el audio» ha explicado el director general de Sonitus, Peter Hadrovic a la web Defense One. Este equipo ya ha sido probado por varios aviadores en Afganistan, pero ahora el plan del Departamento de Defensa sería realizar un despliegue generalizado entre todas las tropas.

Aunque de momento esta nueva tecnología esté solo en manos del ejercito estadounidense, si las pruebas son positivas, pronto se acabará extendiendo a personal de seguridad, trabajadores industriales y más adelante el público en general.