Un estudio hecho en Suecia revela que un 10% de los usuarios de ese país utilizan las VPN para esconder su identidad en la Red
Dice el dicho: ‘hecha la ley, hecha la trampa’. Mientras los gobiernos europeos intentan dar cerco a la piratería bloqueando las redes de intercambio peer-to-peer (P2P), los internautas ya han encontrado la manera para dar esquinazo a la ley.
Los modelos que se están estudiando en Francia, Reino Unido o España se apoyan en la ley para perseguir la demanda de los usuarios de material protegido con derechos de autor (modelo francés) o combatir la oferta de esos contenidos bloqueando páginas de enlaces o programas P2P como el eMule (modelo español).
Pero, como se está comprobando en los países nórdicos, ambos modelos descuidan el lado tecnológico del problema. Sólo en Suecia, que legisló contra el P2P ya en abril, medio millón de internautas utilizan las redes privadas virtuales (VPN), para ocultar su identidad en la Red.
EL NEGOCIO DE LAS VPN
En Europa existen varias empresas dedicadas a esconder la identidad del usuario usando las redes privadas virtuales. Ipredator (Suecia), Ipodah (Francia) o Cryptocloud (Reino Unido) reemplazan la IP del internauta y le asignan otra anónima.
De esta forma, su rastro se pierde a la entrada del servicio VPN. Su precio, asequible, entre los 5 y 30 euros al mes.
En España, el acceso a este tipo de redes no está muy extendido, aunque ya existen algunas empresas que ofrecen este servicio de navegación anónima a través de Internet.
La Coalición de Creadores e Industrias de Contenidos, en la que participan SGAE, EGEDA o Promusicae, está trabajando sobre un modelo que pasa pretende vetar el acceso a las páginas de descargas y a los programas P2P.