Momentos después, un hombre salió y se presentó como el gerente. Y me dijo: "Lo siento, pero hemos tenido que volar su ordenador portátil"
Cuando menos te lo esperas le meten tres disparos a tu MacBook. Es lo que le pasó a Lily Sussman que viajaba a Israel para visitar a algunos familiares. La norteamericana se temía lo peor al ver su portátil agujereado. Sus fotos, vídeos, trabajo… parte de su vida pérdida. Sin embargo, se encontró con una sorpresa. El disco duro (toda la información) quedó intácto.
La protagonista de esta historia escribe en su blog un post titulado I’m sorry but we blew up your laptop (welcome to Israel). En él cuenta que nada más bajar del avión las autoridades no paraban de hacerle preguntas:
«Me preguntaron toneladas de preguntas: ¿a dónde vas? ¿A quién conoces? ¿Quién lo sabe? ¿Tienes novio? ¿Es árabe, egipcio o palestino? ¿Qué sabe usted acerca del «conflicto» aquí? ¿Qué te parece? Me preguntaban sobre judaísmo y yo no sé nada de esto.»
Acto seguido, le dijeron que esperara y se fueron. Suena por la megafonía del aeropuerto: «No se alarmen por los disparos ya que la seguridad del aeropuerto necesita destruir un equipaje sospechoso».
Momentos después, un hombre salió y se presentó como el gerente. Me dijo: «Lo siento, pero hemos tenido que volar su ordenador portátil.»
Lily pensó que había perdido todo lo que tenía en el ordenador. Trabajo, fotos, mensajes. Sin embargo, su cara cambio de expresión al conocer que las balas habían atravesado el MacBook sin explotarlo. El disco duro seguía funcionando.
