La inteligencia artificial (IA) y la robótica están poniendo patas arriba el mundo tal y el mercado laboral no es una excepción.
Esta revolución tecnológica está creando nuevas oportunidades, pero también amenazando ciertos empleos tradicionales.
Según un informe del instituto McKinsey, la IA podría generar una actividad económica adicional de alrededor de 13 billones de dólares para 2030, lo que equivaldría a un crecimiento del PIB global del 1,2% anual.
Esta cifra es comparable al impacto de otras tecnologías revolucionarias a lo largo de la historia, como la máquina de vapor o la electricidad.
La adopción de la IA por parte de las empresas está creciendo a un ritmo vertiginoso.
Se estima que para 2030, alrededor del 70% de las compañías habrán implementado al menos una tecnología de IA.
Sin embargo, menos de la mitad habrá absorbido completamente las cinco categorías principales de IA.
Empleos en peligro de extinción
- Consultores de gestión y analistas empresariales
- Gestores y directores financieros
- Psicólogos
- Profesionales del derecho
- Contables y administrativos
Pero no todo son malas noticias. Hay profesiones que, por ahora, parecen estar a salvo de la automatización:
- Deportistas
- Albañiles y otros trabajadores de la construcción
- Peluqueros y esteticistas
- Enfermeros y cuidadores
- Artistas y creativos
Nuevos empleos en el horizonte
- Especialistas en ética de la IA
- Ingenieros de machine learning
- Analistas de datos
- Desarrolladores de interfaces hombre-máquina
- Expertos en ciberseguridad especializada en IA
Sectores más afectados
- Tecnología: Paradójicamente, muchos trabajos tecnológicos están en riesgo, como programadores y analistas de datos.
- Medios de comunicación: Periodistas y creadores de contenido se enfrentan a la competencia de la IA generativa.
- Servicios financieros: Analistas financieros y traders podrían ser reemplazados por algoritmos más eficientes.
- Atención al cliente: Los chatbots y asistentes virtuales están ganando terreno rápidamente.
- Manufactura: Los robots están asumiendo cada vez más tareas en las líneas de producción.
La IA comparada con otros descubrimientos históricos
La importancia de la IA en la historia de la humanidad es comparable a la de otros grandes avances tecnológicos.
Mark Casey, gestor de renta variable de Capital Group, afirma: «Por muy interesantes que me resulten los grandes modelos lingüísticos como ChatGPT, sospecho que los robots impulsados por inteligencia artificial podrían tener un impacto económico aún mayor en los próximos diez años».
Para poner esto en perspectiva, pensemos en cómo ha evolucionado la robótica en Amazon.
Hace siete años, sus robots tardaban hasta dos minutos en seleccionar cada producto. Hoy, su robot «Sparrow» puede manejar dos tercios de los 100 millones de productos en un almacén de Amazon en cuestión de segundos.
La IA no es solo ciencia ficción, ya está aquí y está cambiando nuestro mundo. Algunas aplicaciones que ya son una realidad:
- Drones para entrega de paquetes
- Taxis sin conductor
- Cirugías asistidas por IA
- Diagnósticos médicos automatizados
Adaptarse o morir
La revolución de la IA es imparable y su impacto en la economía y el mercado laboral será profundo.
Como en toda revolución tecnológica, habrá ganadores y perdedores. La clave estará en la capacidad de adaptación, tanto de los trabajadores como de las empresas.
Como dijo una vez el gran Charles Darwin: «No es la especie más fuerte la que sobrevive, ni la más inteligente, sino la que mejor se adapta al cambio». En la era de la IA, esta frase cobra más sentido que nunca.
Así que ya sabes, si tu trabajo consiste en hacer tareas repetitivas o fácilmente automatizables, quizás sea hora de pensar en reciclarte.
Y si eres deportista o albañil, respira tranquilo… por ahora.
Aunque quién sabe, igual en unos años vemos a robots jugando en la Champions League o construyendo rascacielos. En el mundo de la IA, nunca se sabe.
¿PAGARÁN IMPUESTO LOS ROBOTS?
Bill Gates, que no da puntada sin hilo, sostiene que cuando los robots tomen ‘la voz cantante‘ y sustituyan a los humanos en la mayoría de oficios, deberán tributar y generar riqueza para el país en el que realicen su trabajo.
De esta manera, si el robot reemplaza a un operario de fábrica que cobra cincuenta mil dólares anuales y su ingreso es gravado, se entiende que el robot deberá pagar el mismo impuesto que el humano al que ha sustituido.
Gates también cree que hay que enfocar los avances en robótica, no sólo en los negocios y producción, como hasta ahora, sino también en la educación y el cuidado de ancianos.
El magnate cree que la gente no tiene ni idea de la cantidad de trabajos que están en peligro de extinción gracias a la automatización.
Gates centra su foco sobre el sector servicios, como conductores, camareros… etc.
Las declaraciones del empresario están cargadas de razón y argumentos, y resultan difíciles de entender por una sociedad cuya mentalidad avanza más lentamente que su propia tecnología.
El cambio es inminente y tendremos que tomar decisiones y medidas desde ya, si queremos seguir manteniendo el control de la situación.
Gates no es el primer innovador que ha hablado de las posibles consecuencias en las economías nacionales de una nueva era en la que la presencia e interacción con robots será el denominador común.
Antes, Elon Musk indicó que los futuros gobiernos deberán pagar pensión universal cuando los autómatas nos dejen sin trabajos.
El magnate, también fundador de la firma Tesla, Elon Musk, en un futuro cercano el desarrollo de la inteligencia artificial (IA) y su aplicación en diversas labores actualmente desempeñadas por seres humanos, hará necesaria una pensión mínima universal para los seres humanos, en vista de que se quedarán sin trabajos.
“Creo que es muy probable que acabemos con un sistema de renta básica universal o algo parecido debido a la automatización. Las personas tendrán tiempo para hacer otras cosas, cosas más complejas y más interesantes. Desde luego, habrá más tiempo libre también”, señala Musk.
Aunque Musk no es certero en afirmar cuándo se dará, señaló que cuando esta ola empiece a hacerse visible ya los humanos deberán haber aprendido cómo integrarse de manera funcional a los sistemas de IA, en lo que Musk llamó “simbiosis” con la super inteligencia digital.