Robótica

Así es el pequeño androide con sentido del tacto

Así es el pequeño androide con sentido del tacto
Androide SINC/Duilio Farina, Instituto Italiano de Tecnología

Un rasgo típico de los mamíferos es su capacidad de experimentar sensaciones, algo que los robots están empezando a imitar. Con la ayuda de pieles artificiales y algoritmos, investigadores checos han conseguido que el niño-robot iCub sea consciente del contacto de un humano y que incluso note si alguien invade su espacio ‘vital’.

Con su poco más de un metro de altura, el robot iCub tiene las proporciones de un niño de cuatro años. En lugar de articulaciones cuenta con 53 motores eléctricos, dos cámaras que hacen de ojos, dos micrófonos para oír y algo similar al sentido del tacto, gracias a 4.000 sensores sensibles a la presión.

“Puede experimentar el mundo de forma parecida a un niño y tiene el potencial de desarrollar un tipo de cognición similar”, explica a Sinc Matej Hoffmann, investigador principal del proyecto checo Robot Body Schema.

Su equipo es uno de los muchos que están utilizando este robot humanoide con código abierto diseñado por el Instituto Italiano de Tecnología. En su caso, lo eligieron por sus proporciones similares a las de un niño y por su piel electrónica.

Disciplinas tan diferentes como la filosofía, la psicología, la lingüística, la neurociencia, la inteligencia artificial y la robótica llevan décadas estudiando la cognición, esa facultad que procesa la información y que engloba habilidades como el aprendizaje, el razonamiento, la atención y los sentimientos.

“Puede experimentar el mundo de forma parecida a un niño y tiene el potencial de desarrollar un tipo de cognición similar”, afirma Hoffmann

Mientras que la psicología y la neurociencia prefieren los estudios en personas, la inteligencia artificial se inclina por modelos de ordenador, al interpretar esa facultad como un mero procesamiento de información.

“La cognición es inseparable del cuerpo físico y de sus sistemas sensoriales y motores, por lo que los modelos computacionales no son suficientes”, puntualiza Hoffmann, que dirige el grupo Humanoide y Robótica Cognitiva de la Universidad Técnica Checa en Praga.

La ventaja de la robótica y sus androides para estudiar estos procesos es que contemplan el contacto con el entorno. Además, en ellos se pueden simular cambios o lesiones imposibles de practicar en modelos humanos, leer más en SINC.

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