¿Por qué el fútbol de la Copa América no es igual de fluido como en el Mundial Rusia 2018? ¿A qué se debe que la tecnología no está ayudando a que el juego continúe, y hoy se extrañen a las polémicas como si anteriormente realmente hicieran lindo el fútbol? Hoy, las capacidades del Video Referee Assistant se están subutilizando. O que me digan lo contrario los futbolistas de la Copa América 2019, según recoge el autor original de este artículo Ulises Lima en N+1 y comparte Paula Dumas para Periodista Digital.
Tres o cuatro minutos después de gritar un gol para saber si es o no finalmente gol me llevan a una conclusión: fútbol desvirtuado. Esperemos que, la respuesta de los árbitros vaya haciéndose un poco más ágil si es que no queremos ver un juego aburrido y con paras prolongadas…como si no fuesen suficientes las actuaciones para hacer tiempo de los equipos con el score arriba.
Las quejas del VAR han venido desde distintos sectores de la fanaticada y el periodismo deportivo, y no falta razón, en tanto que ha habido mucha intervención (demasiada) del sistema de cámaras múltiples y los árbitros no han sabido decidir pronto la próxima acción del partido. Si antes nos fastidiaba que los árbitros robaban demasiado protagonismo, hoy el papel lo toma el famoso videoreferí.
El árbitro Néstor Pitana se toma todo el tiempo del mundo para cobrar un penal a favor de Bolivia, en el partido inicial del certamen contra Brasil.
Wilmar Roldán anula dos goles a Perú. OK, todo bien pero…¿4 minutos para tomar esa decisión?
Gol celebrado, posiciones formadas, todo listo para reiniciar el juego como de costumbre pero…el VAR.
“Yo no sé qué cobra”: tres minutos para convalidar el autogol de Arturo Mina en la goleada de Uruguay sobre Ecuador.
