La ventaja principal de esta huella es que no se puede copiar sin que el propietario se dé cuenta: hace falta leerle el cerebro
Un equipo de investigadores que trataba de encontrar más datos para entender los mecanismos que desencadenan la dislexia se ha topado con un descubrimiento que quizá algún día podría servir para identificarnos en internet: una especie de huella cerebral única.
Tal como informa NewsWeek, una investigación de la Universidad de Binghamton estaba registrando la actividad neuronal de niños mientras leían un texto, y aunque el objetivo era predecir futuros problemas de comprensión, se dieron cuenta de una característica.
Cada uno de los pequeños a los que se les enseñaba una imagen mostraba una respuesta neuronal en el electroencefalograma que era diferente a la del resto de participantes.
La idea es que un sistema similar se podría utilizar en el acceso a instalaciones con altos requerimientos de seguridad, en sustitución de otros sistemas biométricos más fáciles de esquivar, como la huella dactilar o la lectura del iris ocular.
La ventaja principal de esta huella es que no se puede copiar sin que el propietario se dé cuenta: hace falta leerle el cerebro.
Además, si alguien robase los datos de lectura, se puede fabricar otra huella con facilidad, con sólo enseñarle nuevas imágenes y asociarlas a nuevos patrones unicos.
