Además de ser una de las marcas más valiosas del mundo e indudable pionera en innovación podría ser una gran evasora de impuestos.
The New York Times ha desvelado la estrategia de Apple por la que la compañía utilizaría sus oficinas en Nevada e Irlanda únicamente con el objetivo de no pagar los escurridizos tributos.
Aprovechando varios vacíos legales, la empresa de la manzana usaría oficinas en estos lugares específicamente para conseguir un mejor trato fiscal, lo que libraría a la compañía de hacer frente a importantes pagos en concepto de impuestos.
Lo cierto es que ahora que Apple tiene tanto éxito, muchos se preguntan si las actividades de la compañía están totalmente en el marco de lo legal y ético.
The New York Times ha acusado a Apple de utilizar sus sedes en distintos estados y países para aprovecharse de ventajas fiscales. El diario estadounidense ha citado un caso que estaría haciendo a Apple ahorrarse millones de dólares.
Al parecer, la tecnológica está utilizando una de sus oficinas en el estado de Nevada para realizar cobros e inversiones. En ese estado de EEUU no existe impuesto de sociedades, lo que evita un importante coste a la compañía. Por contra, en California, estado donde Apple tiene su sede, el impuesto de sociedades es de un 8,84%, lo que lastraría las operaciones de Apple.
Según The New York Times, Apple se beneficia de esta circunstancia para realizar operaciones a través de la oficina de Nevada y así evitarse el pago de una parte de sus transacciones. De la misma manera, la compañía, como otras conocidas, realizaría la misma operación en Europa, facturando a través de Irlanda.
Apple no ha tardado en responder a estas acusaciones y ha defendido su contribución de impuestos. Las compañía ha asegurado que en lo que va de 2012 ha pagado más de 5.000 millones de dólares (unos 3.771 millones de euros) en impuestos en EE UU. Además, Apple ha destacado que ha generado más de 47.000 puestos de trabajo solo en el país norteamericano.
Apple ha asegurado que siempre ha realizado todos sus negocios «con los más altos estándares éticos, cumpliendo con las leyes aplicables y las normas contables». Con estos datos, la compañía espera que la polémica sobre sus actividades cese y no se cuestione ni la legalidad ni la moralidad de sus actividades.
