Cada minuto, se suben 35 horas de vídeo a la plataforma de YouTube, en gran parte contenido musical que ha convertido a este coloso de Internet en una pieza clave de la industria, no sólo para la promoción de artistas, sino también para diseñar giras y convertir el videoclip en una forma de ganar dinero.
En todo ello, España desempeña un papel fundamental, ya que según datos de Nielsen, sólo en diciembre esta plataforma de vídeo fue utilizada por 16 millones de usuarios únicos en el país y se visualizaron más de mil millones de páginas.
En su primer año con stand propio en el MIDEM, su director mundial de alianzas estratégicas, Chris Maxcy, y la responsable de este área para España, María Ferreras, han ofrecido estos datos hoy en una entrevista para Efe y han recordado lo «duras» que fueron las negociaciones de los primeros acuerdos con las grandes discográficas.
«¿YouTube? ¿Cómo se deletrea eso?», solían decirles según recuerda Maxcy, quien afirma que los proveedores de contenido con acuerdos para obtener rendimientos por sus vídeos están recibiendo cada mes un 50 por ciento más que el año anterior, «y la cifra sigue creciendo» -dice-, lo que en el caso de los más importantes significa ganar «varios millones de dólares» cada 30 días.
Más aún, la capacidad de YouTube para saber dónde funciona un grupo, en qué país y con qué canción, permite organizar de forma más precisa la promoción y las giras. «Con YouTube ha habido una evolución interesante sobre qué se considera un éxito en los medios, por ejemplo, a través del número de visionados», opina Ferreras.
Con un billón de visitas totales, no es de extrañar que Lady Gaga produzca sus vídeos pensando en YouTube, que se ha convertido en el lugar escogido por muchos artistas para estrenar sus nuevas producciones y testear sus posibilidades.
Además, YouTube es una lanzadera para talentos emergentes, como sucedió en España con Maldita Nerea o, a nivel global, con Justin Bieber, que no era sino uno más de los jóvenes valores que colgaba sus vídeos caseros en la web hasta que un cazatalentos lo fichó.
Otra de las peculiaridades de esta plataforma es que da cabida y alcance internacional a estilos que no tenían espacio en las televisiones, ya sea hip hop, death metal o música clásica.
«Algunos grupos españoles tienen más del 40 por ciento de sus visualizaciones fuera del país», comenta Ferreras, quien cita el éxito de ciertos grupos españoles de hip hop en México.
Asimismo, un gran éxito de YouTube fue la convocatoria para montar su «Symphonic Orchestra», formada por usuarios que enviaron sus vídeos tocando con su instrumento una partitura del compositor chino Tan Dun. El concierto, que se celebró en el Carneggie Hall de Nueva York, ya prepara su próxima edición en Sydney.
En el caso de los vídeos que utilizan total o parcialmente material sujeto a derechos de explotación, son las propietarias las que deciden si se bloquean, si se «trackean» (dejarlos para su uso en estadísticas) o si se «monetizan», es decir, el proveedor permite que el vídeo siga colgado porque aumenta su exposición al público y se hace acreedor de los ingresos por publicidad si existen.
Ferreras cita el caso de la canción de Chris Brown «Forever», empleada por una joven pareja el día de su boda, que grabó un original vídeo en el que los invitados y los novios entraban a la iglesia bailando ese tema, que se «convirtió en la segunda más vendida en iTunes en un fin de semana».
Además, YouTube promueve y ofrece a los artistas la oportunidad de interactuar con sus seguidores, como fue el caso de Alejandro Sanz, quien promocionó su disco «Looking for paradise» preguntando a sus célebres amigos qué era para ellos el paraíso o el de Bon Jovi, quienes invitaron a sus seguidores a votar qué canciones querían que tocaran en sus conciertos.
Por si fuera poco, en los últimos meses YouTube se ha lanzado a la retransmisión en directo de conciertos con Alicia Keys, Bon Jovi y U2, que tuvo una audiencia de 10 millones de personas, «en lugar de las 70.000 del recinto, que además pueden comentar al momento lo que sucede a través de Facebook o Twitter», cuenta Maxcy.
«Yo creo que en España seremos capaces de hacer algo así a lo largo de este año», apunta Ferreras.
