Si va a dar una fiesta en su domicilio, no la publicite en Facebook o, al menos, hágalo en privado, sólo para los más allegados. Esto, que pudiera parecer una obviedad, está poniendo en jaque a la policía alemana, que en las últimas semanas se ha visto desbordada por una serie de convocatorias en esta red social y que han acabado como el rosario de la aurora.
Durante la fiesta de Pentecostés, varias fiestas convocadas a través de Facebook, se tornaron en multitudinarias aglomeraciones fuera del control de los organizadores. La principal actuación policial tuvo lugar en la ciudad de Lörrach, en el sur del país. Las autoridades tuvieron que intervenir tras recibir el aviso de un buen número de ciudadanos, alarmados ante las dimensiones que había adquirido la fiesta montada por un vecino de la zona.
La ‘quedada’ al aire libre había sido promovida a través de Internet por un joven de 35 años y en su momento álgido llegó a congregar a más de medio millar de fanáticos de la música tecno, que bailaban con el volumen a tope. Para disolverla, fue necesaria la intervención de unos 40 agentes que, según fuentes oficiales, no tuvieron que emplear la fuerza. Los asistentes no opusieron resistencia y se marcharon a casa sin mayores problemas.
En la ciudad de Múnich sucedió algo parecido, sólo que la fiesta había sido convocada en esta ocasión en las inmediaciones de una estación de metro, mientras que en Hamburgo se llegaron a juntar unos 600 jóvenes en los alrededores de un lago, todos ellos citados a través de la red social.
Estas convocatorias masivas por Facebook no son raras en Alemania. Otro reciente caso que obtuvo notoriedad pública tuvo lugar en Hamburgo a comienzos de mes, cuando 1.600 desconocidos se presentaron a una fiesta de cumpleaños. La homenajeada había invitado a sus amigos a través de esta red social, pero no marcó el evento como privado, por lo que el número de contactos fue creciendo de manera exponencial hasta el punto de que la joven recibió 15.000 confirmaciones de asistencia. La chica decidió desconvocar la fiesta al darse cuenta de su error, pero pese a ello 1.600 jóvenes acudieron a la dirección indicada y celebraron la fiesta en el exterior de la casa hasta bien entrada la madrugada.
Previamente, y ante el temor de que la situación pudiera descontrolarse, la familia de la muchacha, que cumplía 16 años, contrató a un servicio de seguridad privada y alertó a la Policía. La fiesta derivó en tumulto, con seis detenidos, destrozos en los jardines privados de la zona y lanzamiento de piedras, botellas y petardos contra los agentes.
Por lo pronto, para evitar mayores problemas, el alcalde de Dusseldorf ha prohibido las quedadas por internet bajo multa de 10.000 euros.
