Twitter se va a convertir en un colaborador activo de la censura en todos los países en los que esta red social está presente o quiere estarlo. Esto le permitirá, entre otras cosas introducirse en el mercado chino, al plegarse a las exigencias de un país que desde hace años es la mayor cárcel de internautas del mundo (con una cifra que se mantiene de forma constante en torno al medio centenar de ciberdisidentes en prisión).
Este 26 de enero de 2012 el blog oficial de la popular red social ha anunciado que se va adaptar a las «ideas» de cada país sobre la libertad de expresión —Tweets still must flow–. Para hacer pasar su colaboracionismo con las dictaduras como algo aceptable, ha puesto como ejemplo la prohibición en Alemania y Francia de difundir ideas pro-nazis. Ha usado esta excusa justo la víspera antes del Día Internacional de la Memoria del Holocausto, fijado el 27 de enero.
Desde Twitter dicen:
As we continue to grow internationally, we will enter countries that have different ideas about the contours of freedom of expression. Some differ so much from our ideas that we will not be able to exist there. Others are similar but, for historical or cultural reasons, restrict certain types of content, such as France or Germany, which ban pro-Nazi content.
(Como continuamos creciendo internacionalmente, entraremos en países que tienen diferentes ideas sobre los límites de la libertad de expresión. Algunas difieren tanto de nuestras ideas que no seremos capaces capaces de existir allí. Otros son similares, pero, por razones históricas o culturales, restringen ciertos tipos de contenido, como Francia o Alemania, que prohíben el contenido pro-nazi).
Así, con la excusa de acatar la prohibición de la apología del nazismo encuentran justifican que se vayan a plegar a las exigencias de censura en numerosas dictaduras. La represión de la libertad de expresión que imponen numerosas dictaduras, y que Twitter acatará, no son tan políticamente correctas. En Cuba está prohibido crtiticar a Fidel Castro o al Gobierno, en China se censura todo lo referido a la democracia, el Tibet o Taiwan, entre otras cuestiones. En Arabia Saudí y numerosos países islámicos está proscrito criticar la religión islámica o hacer prolesitismo de otras religiones, y en Irán las críticas al régimen de los ayatolás son un grave delito. Estos son sólo algunos ejemplos.
La red social trata de hacer mostrar esta colaboración con la censura impuesta por muchos Gobiernos como si fuera una defensa de la libertad de expresión:
Until now, the only way we could take account of those countries’ limits was to remove content globally. Starting today, we give ourselves the ability to reactively withhold content from users in a specific country – while keeping it available in the rest of the world.
(Hasta ahora, la única manera de tener en cuenta los límites de esos países fue de quitar el contenido a nivel mundial. A partir de hoy, nos damos la capacidad de ocultar de forma reactiva el contenido de los usuarios de un país determinado, mientras se mantiene disponible en el resto del mundo).
Se compromete a informar a los usuarios de que sus contenidos son bloqueados, aunque en realidad este compromiso no es total. En el blog se explica:
We haven’t yet used this ability, but if and when we are required to withhold a Tweet in a specific country, we will attempt to let the user know, and we will clearly mark when the content has been withheld.
(Todavía no hemos utilizado esta capacidad, pero siempre y cuando se nos requiera ocultar un Tweet en un país determinado, vamos a tratar de que el usuario sepa, y nosotros marcaremos de forma clara que el contenido ha sido ocultado).
Sin embargo, en el Centro de Ayuda —Country Wthheld Content— se introduce un importante matiz, pues también en esta transparencia se aceptan los límites que impongan las dictaduras:
Upon receipt of requests to withhold content we will promptly notify affected users, unless we are legally prohibited from doing so.
(Tras la recepción de solicitudes de retener el contenido se notificará con prontitud a los usuarios afectados, a menos que la ley nos prohíba hacerlo).
Durante las protestas de la llamada ‘Primavera árabe’ Twitter fue una herramienta fundamental para organizar los actos de repudio de la dictadura, al igual que ocurrió con la denominada ‘Revolución verde’ iraní (ya reprimida) tras el fraude electoral que permitió que Ahmadineyad siga siendo presidente. A partir de esto, y en aras de cumplir las normas que imponga cada gobierno, esto ya no será posible.