Es la serie más descargada y la más pirateada

Juego de Tronos: ¿Es Internet un enemigo o un aliado de la serie?

"La piratería no ha provocado el temido efecto canibalizador sobre el pago de contenidos en EEUU"

Juego de Tronos: ¿Es Internet un enemigo o un aliado de la serie?
Juego de Tronos Juego de Tronos

Juego de Tronos ostenta el dudoso honor de encabezar, año tras año, el ranking de programas más pirateados en todo el mundo.

Baste un dato: el primer capítulo de la sexta temporada tuvo más de 1.000.000 de descargas ilegales en las 12 horas siguientes a su emisión.

Escribe Elena Neira en ‘La Vanguardia’ este 16 de julio de 2017 que resulta curioso que estas cifras no hayan causado especial desazón en HBO. Al contrario. El expresidente de programación de la cadena, Michael Lombardo, llegó a afirmar que los índices de piratería eran «un cumplido» para la serie.

Jeff Bewkes, CEO de Time Warner, fue más allá al afirmar que la globalización de la audiencia que impulsaba la piratería era «mejor que un Emmy».

Que los ejecutivos de la compañía trivialicen con un tema tan espinoso puede comprenderse, si se da un poco de contexto. La audiencia legal de Juego de Tronos no ha dejado de crecer, año tras año. Según los datos de la empresa de audimetría Nielsen, la premiere de la pasada temporada fue vista por más de 10 millones de espectadores en USA (casi 8 de ellos en directo, y el resto a través de servicios de streaming y catch up).

La piratería, por tanto, no ha provocado el temido efecto canibalizador sobre el pago de contenidos. Al menos no en el territorio de origen. De hecho, han conseguido sacarle partido. Puede que no de forma económica, pero sí en términos de popularidad. Ha sido la audiencia masiva, legal e ilegal, la que ha convertido la serie en un fenómeno cultural global.

Gracias a Internet, Juego de Tronos ya es el programa del que habla todo el mundo. Y también gracias a Internet, se puede ver en cualquier rincón de planeta. Pero, como todo lo que ocurre en Poniente, es difícil discernir si estamos ante un aliado o un enemigo.

Internet, territorio sembrado de spoilers

Dice Melisandre que «la noche es oscura y alberga horrores». Pregúntale a un fan de Juego de Tronos: te dirá que ni de lejos es tan terrorífico como exponerse al inhóspito mundo de las redes sociales sin haber visto el capítulo semanal. La narrativa y la promoción de la serie han desencadenado una auténtica psicosis por estar al día. Ver un contenido semana a semana, «a la antigua», resulta un tanto insólito en la era del binge watching. Tiene su explicación.

Hablamos de una historia de luchas, intrigas y traiciones, ante la que es imposible no tomar partido. Por eso genera una conversación social tan abundante, intensa… y peligrosa, sobre todo para quien se retrasa en el visionado. Es la quintaesencia de lo que en redes se conoce como fenómeno viral. Para el fan 2.0, comentar la serie es la expresión de un sentimiento visceral y profundo. La cibercomunidad tronera aglutina a personas de todo el mundo que no se limitan a ver el programa. Lo viven, comentan y sufren de forma colectiva y en tiempo real.

De hecho, Juego de Tronos ha sabido sacar el máximo partido a esta experiencia televisiva enriquecida. Sus espectadores más activos socialmente son una pieza clave a la hora mantener el interés entre capítulos y temporadas. Pocas series dan lugar a tantísimo contenido generado por el usuario. Tuits y posts, cuajados de gifs, memes, vídeos y fotomontajes galopan casi en paralelo a la emisión. Se disecciona cada detalle, cada fotograma, se analizan teorías, se hacen predicciones…

Internet es la sala de despiece de la serie. Si eres un fan devoto, la recompensa es formar parte de un fenómeno colectivo de proporciones épicas. Y si eres un fan rezagado, los spoilers serán el castigo a tu indolencia.

El invierno (de la piratería) ¿está aquí?

Los espectaculares índices de conversación social de Juego de Tronos explican por qué soporta tan mal el consumo diferido. En España, segundo país de Europa en términos de engagement con la serie (según datos de Spreedfast), la cuota de espectadores de pago ha sido, hasta la fecha, testimonial si se la compara con su consumo pirata. Y ello a pesar de los esfuerzos de la empresa hasta ahora propietaria de los derechos de emisión (Movistar+).

Han acortado los plazos con respecto a la emisión en internacional, han mejorado las aplicaciones de acceso y también han puesto en marcha interesantes iniciativas transmedia para acercarlas al público objetivo (como Vive Poniente). Pero el tipo de explotación comercial de la serie en sus primeros años, en exclusiva por un operador y dentro de costosos paquetes de contenido, no ha sido capaz de competir con el atractivo de los sites de torrents.

La velocidad con la que esta y otras series han escalado en popularidad contrasta con la lentitud con la que los nuevos agentes de televisión por Internet han desembarcado en nuestro país. Sin duda ha retrasado la normalización en el uso de estos servicios por parte de la población seriéfila internauta. Pero comienzan a soplar aires de cambio.

En España, el modelo de suscripción (capitaneado por Netflix) gana adeptos, especialmente entre los más jóvenes. Además, la piratería ha caído por primera vez en 10 años, según el Observatorio de la piratería y hábitos de consumo de contenidos digitales (un 4,2% menos en 2016 vs. 2015). Un cambio de tendencia tímido, pero que invita al optimismo.

Pagar ya empieza a percibirse como un acto más cómodo que piratear. En ello ha tenido mucho que ver el incremento del consumo de contenidos en dispositivos móviles (equipados con mejores pantallas), y un notable incremento del visionado de vídeo en movilidad (por la mejora de los paquetes de datos y la disponibilidad de aplicaciones de estos servicios para cualquier aparato).

Además de la ampliación de la oferta, la inmediatez en el acceso y la flexibilidad en el consumo, pagar garantiza una mejor experiencia de usuario. Estos servicios suponen la superación de los principales inconvenientes de la piratería: no se recibe tanta basura con las descargas, al consumir por streaming no se tienen problemas de almacenamiento y hay la garantía de que el contenido es auténtico y de calidad.

La madrugada del domingo al lunes se estrena la séptima temporada de Juego de Tronos. La oferta legal ahora es más amplia (con nuevos agentes de televisión de pago con acceso a la serie, como Vodafone TV). También más diversa ya que, desde finales del pasado año, HBO opera en España. Esta plataforma ofrece una suscripción mensual al precio habitual en este tipo de servicios (a partir de 7,99 €) y con múltiples puntos de acceso (AppleTV, Chromecast, ordenador, móviles y tabletas).

¿Impulsará el atractivo de la serie, el miedo al spoiler y la diversificación de la nueva oferta legal el crecimiento de la audiencia de pago?

El tiempo dirá…

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