Ese Sabina,
con lengua asesina,
reseña a Losantos,
el líder de tantos.
El cantautor,
tan melancólico
de tabaco y licor,
con sobredosis de glamour
bebe ahora de interviú.
De esta manera,
todo el que quiera
ver en Jiménez
más que un pelele,
descubrirá por Sabina,
de pluma muy fina,
a otro locutor
incluso aún peor.
Hunde al predicador,
el cantautor,
y en el poema se estira,
el loco Sabina
contra medios y curas,
sin ponerle blandura,
y sigue a la izquierda,
con lengua muy dura,
para quien no entienda
su poesía impura.