La realidad fuera de control

La realidad fuera de control

La asociación de prensa de Granada pidió hace unos días la retirada de la serie ‘Fuera de control’ con el argumento de que era sexista.

Los trabajadores de la serie han tenido que aclarar en un comunicado lo siguiente. Textualmente:

‘La serie pertenece al género televisivo denominado ficción y no es ni un informativo, ni un documental ni un programa de telerrealidad. Es una invención fingida, una sátira que recurre a personajes clásicos de la comedia’.

Y sigue el comunicado…

‘Tampoco consideramos que sea sexista presentar el personaje de la otra protagonista (interpretado por Loles León) como una jefa despótica. El estereotipo cómico del personaje es el de la autoridad desaforada independientemente de su sexo. De hecho, en la serie hay otro jefe por encima de ella que es aún más déspota, el director de la cadena, protagonizada por un hombre’.

Los miembros de la producción defienden que como en toda comedia, se sirva de personajes ‘cuyos defectos se exageran hasta la caricatura’.

¡¡¡NOOOOO!!! ¡ALARMA! ¡¡¡NO DIGAN caricatura!!! ¡PERDICIÓN! ¡¡¡MORIREMOS TOOOOODOOOOOOOOOS!!!

Entrando en los 90, Mariano Ozores se atrevió a rodar ‘El sexólogo’ y la gran demanda de quejas provocó su retirada de TVE. El engendro de cachas y chistes de la época de maricastaña pasó «reestructurado» a Antena 3 donde se denominó ‘La noche de Ozores’.

Decían, por entonces, que la mujer era ridiculizada y su papel quedaba relegado al de mero objeto sexual. Cuando Ozores se había dedicado a hacer eso toda la vida en sus películas y todos tan contentos, la tele se convertía en un arma de destrucción masiva para sus gracias. Un humor de dudoso gusto. Aunque resultaba tranquilizador y hasta divertido sentir que el Ozores de siempre contaba con un hueco para expresarse a su manera.

Hace unos días, una señora se quejó al Defensor del pueblo por un sketch en el programa de nochevieja de Cruz y Raya. (Absurdo)

Días más tardes conocemos por las compañías de seguros que se va a empezar una nueva serie de televisión. ¡Menuda promoción que hacen las quejas! Los de la aseguradora ponían el grito en el cielo porque habían leído que se iba a hacer una serie sobre ellos y ¡OHHH! ¡ALARAMA! NADIE LES HABÍA LLAMADO PARA CONTAR CON SU ASESORAMIENTO. Ya dieron por hecho que se les ridiculizaría… ¡Pues claro! Y con razón… para eso está el humor.

El mundo se vuelve loco y comienzan a asaltarse embajadas, se disparan manifestantes, individuos que se insultan, se gritan, se pegan, se hieren, se matan… El motivo: Una caricatura.

¿A qué estamos llegando?, ¿Quién está realmente fuera de control: la realidad o la ficción?

Yo expreso aquí particularmente mi queja a aquellos que se quejan. Que no importe si el motivo es el argumento de una serie de bomberos, un personaje en coma, unos enanos actores en un programa de televisión o por un chiste de Arévalo. Exijo que se les calle. Si les seguimos dando coba, moriría uno de los sentidos del arte, la provocación.

En los años de la gran democracia, de la exponente libertad de expresión, del bienestar general y el puteo particular, resulta que ni Gila podría haber hecho un gag sin permiso oficial del ejército.

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