Nominaciones entre la vida y la muerte

Nominaciones entre la vida y la muerte

Un nuevo programa está causando un tremendo debate en norteamerica.

Para ser concursante de este polémico reality show unicamente se necesita una condición: Ser un enfermo terminal y estar dispuesto a que experimenten contigo bajo la atenta mirada de las cámaras.

La televisión sigue transpasando los límites éticos y esta vez quizá, médicos. Peligro para la salud mental, moral y… ¿también física?. Los tratamientos a los que someten a los concursantes son experimentales y el morbo está en ver cómo reaccionan ante los mismos.

El pasado lunes, la cadena norteamericana ABC estrenó el primer capítulo de «Miracle Workers», nuevo docu show cuyos protagonistas son enfermos terminales o personas afectadas de gravísimas dolencias con escasas posibilidades de recuperación.

El programa ofrece a los pacientes curas experimentales y los obliga virtualmente a convertirse en conejillos de indias y aceptar «tratamientos de vanguardia», todo bajo el atento objetivo de las cámaras.

Sus creadores idean como levantar la audiencia jugando con la enfermedad.

La muerte en directo, quizá es lo que se busque, en un programa que duele imaginarse pero que existe realmente y lo emite la cadena norteamericana ABC.

«Cuando la vida de una persona llega a una instancia terminal y los médicos aseguran que no quedan esperanzas es el momento de dirigirse a «Miracle Workers»», dice la consigna del programa.

«Para ayudar -añaden los responsables del espacio- y regalar un milagro sólo a aquellos ciudadanos indigentes que no se pueden permitir tratamientos adecuados.»

En el primer programa se mostró la historia de un muchacho que quedó ciego a los 12 años y que gracias al tratamiento propuesto allí podría recuperar la visión.

Los pacientes son asistidos por un equipo médico de irreprochables antecedentes. Entre ellos están Redmond Burke, el primer cirujano que realizó un trasplante de corazón infantil, y Billy Cohn, conocido en Estados Unidos como el «Thomas Alva Edison de los trasplantes».

Pero el contrato que firman los enfermos advierte: «Los resultados positivos de los tratamientos médicos no pueden asegurarse en términos de éxito».

Frente a quienes objetaron el «cinismo» de un programa que especula con el sufrimiento de la gente, ABC respondió que finalmente la TV propone un reality show no sólo dirigido al espectáculo sino también a «producir algo bueno y ayudar a mucha gente que no puede pagar un buen tratamiento médico».

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