Las equivocaciones de Medem

Las equivocaciones de Medem

La 2 de Televisión Española emite esta noche el documental «La Pelota Vasca», de Julio Medem.

Un trabajo que provocó gran rechazo entre el Partido Popular y las víctimas del terrorismo.

La polémica se encendió aun más el 31 de enero de 2004, cuando en los Premios Goya, la Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT) se concentró contra el documental, bajo el lema «Víctimas contra el pelota vasco» o con consignas como «La piel y la nuca contra la bala».

El documental, desde su gestación, era un intento de aproximar a todas las partes del problema vasco, una especie de crisol en el que se intentaría no juzgar a nadie.

Se realizaron entrevistas a más de 100 personas, con un montaje final reducido a 115 minutos. Desde el inicio del proyecto, sus responsables sabían que la polémica iba a crear una buena publicidad y distribución.

A pesar de cuatro meses de insistencia, el entorno del PP no quiso saber nada y el documental corría el peligro de ser tachado de parcial. La cúpula de ETA y los presos de la banda también se negaron.

El complejo material ya no podía ser completo. ¿Merecía la pena seguir? Medem y su equipo siguió con el proyecto a pesar de intuir que la derecha española, en palabras de Medem, iba a “poder tachar de incompleto el resultado”.

La tormenta empezó en el ABC con un ataque a un documental que prácticamente nadie había visto todavía y que se ha estrenado en el festival de cine de San Sebastián.

La Ministra de Cultura, sin ver un fotograma, se unió al ataque y hasta se llegó a pedir la retirada de la película del Zinemaldia.

Mikel Olaziregi, director del certamen, dijo que ni borracho. Ángel Acebes, Ministro de Interior, también declaró: “Desde ningún ámbito se puede dar comprensión ni cobertura al terrorismo”.

Por desgracia, Medem, en un texto publicado en El País, se contradecía y, como escribió Manuel Hidalgo, se equivocaba. Por una parte se pronunciaba neutral pero decía partir de la indignación que le producía el auge del nacionalismo ultraespañol de Aznar.

Nada decía del nacionalismo ultravasco ni de los comisarios políticos de EITB o los jefes de panfletos impresos que tan poco ayudan a limpiar de mentiras el panorama.

Se equivocaba también explicando cómo se acercaba a los entrevistados, cuando no entrevistó personalmente a todos los que salen.

Y se volvió a equivocar cuando habló de dos bandos: ETA y el gobierno, metiendo en el mismo rasero a una banda con un currículo de terror que da pavor junto a un gobierno que, nos guste o no, ha sido respaldado en las urnas.

Colaboración de Iván Reguera (Cine Digital) para ELECTRODUENDE.

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