María Teresa Campos volvió a sus mañanas para despedir a la más grande.
La periodista llegó emocionada y se fue destrozada. Teresa no pudo resistir y la humanidad pudo con la profesión: Teresa lloró.
El especial de Antena 3 se convirtió en el más humano de todos los que han tratado la muerte de Rocío Jurado.
Si algo bueno se puede sacar de la muerte de Rocío Jurado, sin duda ha sido la vuelta al ruedo de María Teresa Campos. La reina de las mañanas regresó en un día tan tristemente señalado para cubrir la noticia. Se lo debía.
Aún desconozco cómo empezó la campaña de desprestigio hacia María Teresa Campos, y si yo tomé en algún momento parte de ella, lo ignoro y pido perdón. No merece tantas calumnias como se han dicho de ella, ni insultos gratuitos, ni risas por sus bajos resultados en share.
Tras la emisión del programa del viernes sólo se puede decir que María Teresa Campos no debe abandonar la comunicación. Siguió en directo el entierro de su amiga y el programa se convirtió en una fiesta de recuerdos. Horas de televisión difiles de olvidar.
Fue Teresa quien acogió durante muchas temporadas a Rocío Carrasco en su equipo. Fue Teresa quien cuidó la enfermedad de Rocío con el respeto que la propia merecía. Fue Teresa, su amiga, quien la despidió con ese corazón y cariño, que tantos profesionales alardeaban tenerle. En televisión no se emitió una despedida tan dulce y tan tierna como la que le dio María Teresa Campos.
Audiencias a parte… ¿cómo es que Teresa pueda estar fuera de la televisión? Entre tanto tomate, vídeo trucado, y gritos en sofás… no queda sitio para el buen trato a los vivos ni para la verdadera pasión por los muertos.
La tele está sin alma, fría y un poquito menos divertida, sin ellas…
La reina, de las mañanas, y la más grande, en lo suyo, lo dieron todo una vez más para la audiencia que quiso elegirlas. Memorable despedida.
