El antes y el después

El antes y el después

Cientos de pequeñas bestias agolpadas ante la puerta de Telecinco para entrar a Gran Hermano. Desde ‘La mirada crítica’ y ‘El programa del verano’ han conectado con las inmediaciones.

Idiotas de todos los puntos de España han llegado para entrar a la casa. El reportero con cara de palo que allí se encuentra les ha ido preguntando uno a uno por qué querían entrar. Todos dieron la misma respuesta: Fama y dinero.

Así piensa y vive, me niego a creer que sea la mayoría, parte de la gente en este país. Buscan la fama y el dinero. Un atracador de bancos al que le pillan y encierran de por vida, pero se hace muy famoso, es la imagen que me vino a la cabeza cuando escuché esta máxima vital.

Un concursante de Gran Hermano queda condenado desde que entra a la casa. Muchos se arrepienten de su paso por el programa. La fama ahoga y si, además, surge de haber estado en una casa puteado y rodeado de cámaras, uno ya no tiene salida.

Lo único que decían sobre el concurso esta mañana en La mirada crítica, en Tele 5, es que la televisión (ese avispero para retrasados mentales, esto lo digo yo) vivió un antes y un después desde la llegada de este concurso. Lo dijeron elegantemente, sin mojarse y con una buena dosis de cinismo Vicente Vallés o Melchor Miralles, que comen de Telecinco, que le vamos a hacer.

Me revienta que no escupan su opinión sin cortapisas. No se atreven a manifestar, por ejemplo, que si no lo ven es porque les parece una auténtica porquería. Aunque, uno ya no se puede fiar de los presentadores “serios”. Como ejemplo: Maxim Huerta, Juan Ramón Lucas y la propia Mercedes Milá (periodista de raza convertida en animadora de circo).

El Boom ese del que hablan, el antes y el después que provocó la llegada de Gran Hermano, parece algo positivo, excepcional y honroso. Pues no lo es. Hay que terminar el argumento, porque la humanidad también sufrió un antes y un después con Adolfo Hitler y a nadie se le ocurre definirlo únicamente con eso.

Son muchos los cambios que ha provocado el concurso. Como ejemplo:

Antes de Gran Hermano:

Había artistas, actores, que con un guión elaborado contaban historias para entretener o hacer pensar a la audiencia. Al público aún se le tenía en cuenta.

Después de Gran Hermano:

Los actores no tienen sitio en televisión y han de acudir a Salsa Rosa. Los guionistas no pueden contar historias y están vendidos a crear formatos como “dar las nominaciones entre la publicidad”. La audiencia no quiere disfrutar ni reflexionar sobre lo que aparece por televisión, sólo les preocupa la fama y el dinero.

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¿Tongo el primer día de Gran Hermano?

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