Sangre sobre sangre. Lugares de leyenda. Una anciana tras la cortina…
Iker Jiménez entrevistó este domingo a un señor, concejal de cultura, que aseguraba haber visto a “alguien”.
Aseguraba el tal Antonio durante la entrevista que el suceso paranormal lo vivió con dos compañeros que vieron lo mismo: un espectro de mujer con mirada perdida.
Iker: ¿Crees que es un fantasma?
Antonio: No lo sé. Sí se que en la zona que apareció no habita nadie.
Iker: ¿Cabello?
Antonio: Cabello, blanco.
Iker (concluyendo la entrevista):
Antonio Jiménez, concejal de cultura de Úbeda, nos ha explicado lo que es la visión de un supuesto fantasma….
El cándido de Iker puede llevar a su programa a quien quiera porque siempre conseguirá lo mismo: La nada absoluta. Inquietante.
Lo importante son las dudas que crea al espectador. Desde niñas poseedoras de muñecas diabólicas a expertos en los misterios de la sábana santa. Lo del misterio, que no Ministerio, sin resolver sigue dando juego en la televisión.
Julián Lago presentó un programa de parecido corte en su etapa telecinquera (Misterios sin resolver, 1994), Jiménez del Oso (Más allá, 1976) fue el pionero en TVE y más tarde en Antena, y hasta Andrés Aberasturi se dejó seducir por estos contenidos (En los límites de la realidad, 1993).
Lo malo de ‘Milenio Cuatro’ es que ha perdido el encanto que tenía en la radio con Milenio Tres (Cadena Ser). El milagro para que estas historias produzcan miedo sólo sucede cuando se potencia la imaginación del receptor. Y en esto, una vez más, la radio gana a la tele.
Las imágenes que ofrece el programa de Cuatro tranquilizan al telespectador, mientras que las voces que escuchábamos por la radio sugestionaban al oyente. Iker ya no da miedo en su programa. Su mujer, sí. Cada vez que aparece la rubia de bote en el espacio uno se pregunta: ¿Qué extraño fenómeno habrá llevado a este presentador a casarse con ella? Y aún más inquietante… ¿qué prueba científica demuestra que esta licenciada en comunicación vale para la tele?
La chica con cara de muñeca chochona ejerce el ministerio de llevar fotos trucadas al espacio. No es un fenómeno paranormal. Sólo es otro equivocado enchufe de estos que se llevan tanto en la tele. Y que al sufrido espectador le pone los pelos de punta.
