Muerte sin noticias

Muerte sin noticias

La televisión cambió de color pasada la 1 de la tarde. Sin matiz definido, empezó de luto sepulcral al dar la noticia de la muerte de Erika Ortiz y pasó a revestirse de rosa, amarillo y marrón.

Tomates, Antenas, A tu lados… y hasta el mismísimo programa de Urdaci abrieron un especial sin dar más noticias que la propia muerte.

Hace un par de semanas, en la presentación ante los medios del informativo de Dragó, el periodista lo dejó claro: «muchas noticias a las que los medios dedican horas y horas, yo las daré en un minuto». Y puso como ejemplo el seguimiento que se hizo con la muerte de Rocío Jurado.

La muerte de Erika Ortiz no ha tenido tanta conmoción informativa, pero ha sido aún peor en su tratamiento. Las teles se han encargado de llenara horas y horas de programación sin noticia alguna además de la consabida. Todo eran especulaciones, recordatorios, y construcciones del pasado de una mujer que nadie conoce y que a nadie le interesa.

Algunos periodistas, como los afincados al polígrafo de En Antena, abrieron un programa especial donde tuvieron que justificar tanto esfuerzo. Así hablaba Calabuig mientras no se sucedían noticias:

El espectador atónito se ha tenido que enterar a la fuerza de que esta señora, cuyo único mérito es ser la hermana de la periodista que se casó con el hijo del Rey (y nos reímos luego de los personajes adosados a las novias de los hijos de las folclóricas), trabajaba en Globomedia, está divorciada y siempre ha tenido mucho estilo.

Y eso entre los datos, que no noticias, más fiables. El resto han sido especulaciones sobre si la Reina se había echado a llorar al enterarse, o si no se había enterado de lo sucedido hasta bien entrada la tarde porque se encontraba en una isla incomunicada, o sobre si era una chica que lucía mejor las pamelas rosas que las moradas.

Mariñas describe en este vídeo cómo Erika adoraba el glamour:

Hoy sólo había una noticia: el comunicado oficial del fallecimiento y sin datos de la autopsia. El efecto chicle televisivo ha obligado a abrir los informativos con ello y a interrumpir y estirar programas.

Esto hace prever lo peor. La resaca fin de semana con especiales ¿Dónde estás corazón?, Dolche Vita, más Tomate, Corazón, corazón… Alargarán la agonía aunque el espectador se canse. Una muerte de un famoso siempre es una vida rentable para cualquier programa. A mi ésta, como la de Rocío, me importa bastante menos que la de cualquier crío. ¿Y saben cuántos han muerto hoy en el mundo?

29.000. La tele no me ha contado ningún caso. Ni una de esas muertes es noticia para los medios. Y según los estudios, sólo por tener constancia de ellas, la mayoría podrían haberse evitado.

Si por este final me van a llamar demagogo: enciendan la tele, busquen un canal y si encuentran algo mejor… cómprenlo.

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