Lo del teletimo ya está cogiendo unos cauces preocupantes. No contentos con plagiar formatos, con imitar fórmulas extranjeras, ahora resulta que las productoras se limitan a cambiar los títulos de sus programas para dárnosla con queso.
Lo que antes conocíamos como OT, ahora lo llaman Factor X. Y los de Grundy se quedan tan anchos como los gestmusiqueros, oigan. Y nadie dice nada, y todos lo siguen mansamente. Alucinante.
Lo que antes conocíamos como Moros y cristianos, ahora los de Gestmusic lo llaman Paranoia semanal. Y ala, a grabar y a emitir, que nadie parece darse cuenta.
Sustitúyase a Javier Sardá por Juan y Medio, póngase unos lamentables chistes del patético Xavier Deltell y tenemos exactamente lo mismo: idénticos contertulios chillones, idéntica disposición de invitados, idéntico anfiteatro, idéntico público maleducado y circense…
Ayer Pepe Sancho volvió a sus fueros baldíos, «Rossy se empalma» (esa mujer fea a la que llaman “belleza picasiana”) demostró su tremenda ignorancia, Pilar Rahola su verborrea y el catalán Salvador Sostres su intolerable racismo periférico. Carlos Iglesias (Pepelu) fue el único digno de escuchar dentro del histrionismo. Fue el más contenido de la noche. Y es que en Paronia Semanal, tanto grito ofende y desagrada. La audiencia ya le está dando su merecido a este nuevo Crónicas Marcianas de Antena 3 con temas supuestamente dignos de llevar a debate.
No hace falta ser Einstein para darse cuenta de que una cadena fortísima como Antena 3 renuncia a emitir algo digno y original por pagar a una productora que se auto plagia tan descaradamente, igual que hace con la serie que antecede a Paranoia semanal: Círculo rojo parece grabado con los folios perdidos de guiones desencuadernados de Motivos personales.
Vivimos en la era de la copia y de la absoluta vulgaridad y no va a ser la tele, la mayor máquina industrial de entretenimiento y de propaganda, la que se salve de semejante plaga.