Expurgar tiene dos acepciones. Una, limpiar o purificar algo. La otra, «dicho de la autoridad competente: Mandar tachar algunas palabras, cláusulas o pasajes de determinados libros o impresos, sin prohibir la lectura de estos». Este sábado, Javier Moreno, director de El País, publicaba en Sociedad una carta de Antonio García Ferreras, director de La Sexta, titulada ‘Rectificación’ justo encima de una información encabezada como ‘Un juez «expurga» el texto remitido por La Sexta a El País’. Con el término ‘expurgar’ entre comillas. ¿De qué va la movida? Del negocio millonario de los derechos del fútbol.
Primero, leamos tanto la rectificación como la información (hay que fijarse en las comillas del titular y subtítulo de la segunda porque son muy reveladoras). Es un arquetípico caso de ‘ingeniería’ periodística, de la que Pedrojota y El Mundo son maestros, y que parece que Javier Moreno, director de El País, está aprendiendo a usar con efectividad.
Antes de nada, para que haya tenido que ser un juez de Primera Instancia el que dilucidara el contenido de la rectificación ya es indicativo de que estamos ante un caso excepcional. Al cabo del año sí hay unas pocas hay sentencias en demandas por intromisión al honor o en procesos penales que condenan al medio de comunicación a publicar el fallo. Pero, ¿sobre rectificaciones? Ninguna.
No sólo eso, sino que el tema lleva meses en los tribunales.
El primer asalto se libró hace cuatro meses, en noviembre del 2007, cuando un primer juez ya condenó, por esa misma información (‘Rajoy pedirá explicaciones a Zapatero en el Congreso sobre el conflicto del fútbol’) publicada otros dos meses antes, el 29 de septiembre de 2007 (por su interés se reproduce esa nota al final de esta información).
La condena consistía precisamente en publicar una rectificación a la que Javier Moreno se negaba y García Ferreras se empecinaba.
El segundo asalto versó sobre el ‘contenido’ de dicha rectificación, cuyo desenlace acabamos de presenciar. Pero Javier Moreno no ha querido que Ferreras tuviera la última palabra y, aunque vencedor en los tribunales, le ha propinado varios ganchos para lograr la victoria ante la opinión pública, ante al menos los lectores de El País.
Es decir, estamos ante un caso en que, tanto por parte de La Sexta, como de El País, cada palabra, cada término de las sucesivas demandas y del artículo de réplica a la rectificación ha sido medido y valorado por los abogados de las empresas y personalmente por los directores de éstas: Antonio García Ferreras y Javier Moreno.
El uso de comillas en los titulares periodísticos se utiliza para acotar declaraciones textuales o para, en el caso de una sóla palabra, indicar que el significado no es literal sino figurado. Para este segundo caso –en el cuerpo del texto se usa la cursiva–, se opta por las comillas por cuestiones tipográficas: mezclar caracteres en redonda y cursiva no encaja, además de que los titulares en cursiva son una indicación de que se trata de una columna de opinión.
En este caso, tanto ‘expurgar’ como ‘en parte’ no deberían ir entrecomillados. ¿Por qué entonces el uso de las comillas por parte de El País en el titular? ¿Qué aportan? Veracidad. Rotundidad. Refuerzan en el lector la idea de que lo que el juez ha hecho no es sólo tachar algunas palabras, algunos pasajes, sino dar fe de que esos pasajes han sido eliminados porque son viles mentiras de Ferreras.
Y como demostración de que lo son qué mejor que, aunque el juez los haya eliminado de la rectificación, publicarlos igualmente para que los lectores estén ‘informados’.
Detrás de todo están cientos de millones de euros –los derechos de la emisión de los partidos de fútbol– que nada importan a los espectadores, ávidos sólo de saber en que canal –de abierto o de pago– pueden ver a sus equipos favoritos.
Y aquí está el artículo de la polémica. Juzguen ustedes.
