Samsung y Sony, con sus televisores de alta gama, y Vizio y Westinghouse, a base de precios rompedores, han forzado a la multinacional holandesa Royal Philips Electronics ha no fabricar más televisiones de pantalla plana para vender en Estados Unidos. En el primer semestre de 2008, el beneficio de Philips ha caído un 75%.
Paul Zeven jefe ejecutivo de la filial norteamericana de Philips, explica en un comunicado:
«Los márgenes son tan finos como una cuchilla de afeitar, por lo que saldremos ganando con la decisión. Es parte de nuestra agenda global concentrarnos en mercados más estables»
Lo explica así el presidente y consejero delegado del grupo, Gerard Kleisterlee:
«Desafortunadamente, nuestros resultados se vieron empañados, más de lo que nos gustaría por la situación adversa del negocio de televisores, unos ingresos significativamente más bajos en licencias y el impacto en el Ebitda de los costes relacionados con algunas compras»